sábado. 27.04.2024
Fotograma de ‘Sala de profesores’ de Ilker Çatak
Fotograma de ‘Sala de profesores’ de Ilker Çatak

Hoy es el Día Mundial de la Educación. Kant entendía que ahí se cifraba nuestro destino social y personal. El problema es que los docentes tienen ante sí una tarea tan compleja como encomiable. Por de pronto están configurados con la educación que les tocara en suerte durante los años decisivos de formación, en el seno familiar y las primeras etapas escolares. Bien es cierto que después han podido seguir formándose y desarraigar prejuicios o estereotipos, aunque también pueden ser víctimas de la temible desinformación.

Por añadidura se tiende a restarles autoridad, al tiempo que se le confía la tutela de quienes necesitan verse orientados por sus mentores. De haber alguna incidencia, se sospecha del abuso y proliferan las mediaciones para proteger a los alumnos, aunque a veces pase justamente lo contrario y una encendida defensa del profesorado debe a los discentes al pie de los caballos. El cine nos entrega cada poco alguna película que nos hace reparar en esta profesión cuya prioridad vital solo puede parangonarse con el ámbito de la salud. Me vienen a la cabeza La cinta blancaLa cazaSala de profesores o Un trabajo de verdad.

El acceso a la cultura es fundamental para contar con una ciudadanía solvente y cooperativa que aprecie vivir en comunidad aportando cada cual su granito de arena

Finlandia se hizo famosa por hacer un pacto de Estado que protegiera los planes educativos del vaivén político. Es terrible que algo tan elemental fuera una proeza sin par. Sin embargo, estamos acostumbrados a que las alternancias ideológicas en el poder solo pretenden borrar lo hecho por el gobierno anterior de otro signo político. No es razonable chalanear con un tema tan serio. El acceso a la cultura es fundamental para contar con una ciudadanía solvente y cooperativa que aprecie vivir en comunidad aportando cada cual su granito de arena.

Por otro lado la educación pública no debería ser únicamente una plataforma de habilitación profesional, máxime con un mercado laboral tan volátil y precario. Su misión sería la de configurar nuestro talante y actitudes para poder ir haciéndonos con diferentes aptitudes posteriormente. Convertir a la enseñanza en un lucrativo negocio es malbaratar el núcleo de nuestra convivencia. Hemos alistado por un modelo productivo que segrega titulaciones y olvida lo más elemental, una formación integral atravesada por las cuitas éticas y el cuestionamiento propio del filosofar.

Ojalá se impusiera la cordura y dejara de jugarse con algo tan serio, que se pretende instrumentalizar muchas veces para inocular determinadas ideologías, en lugar de sembrar la curiosidad por comparar distintas cosmovisiones para familiarizarse con ellas desde una perspectiva verifica y nada conformista con lo que pueda ser susceptible de mejora. Este año se conmemora el tricentenario kantiano y no estaría de más recordar sus planteamientos educativos, además de releer Hacia la paz perpetua: Un diseño filosófico.

 

En el día mundial de la educación