Se estima que los ancianos muertos en las residencias a causa de la COVID-19 podrían ascender a unos 40.000, diez mil más que los contabilizados por los datos oficiales.
Pareciera que a Isabel Díaz-Ayuso de la región le dieran igual los ancianos y ancianas fallecidos o confinados; el número real de contagiados o un posible repunte.