viernes. 19.04.2024

¿Y ahora?

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Pasados los periodos electorales, bueno con la excepción de Catalunya donde reina la incertidumbre, se hace necesario valorar la situación.

En términos generales el PSOE se ve fortalecido en el conjunto de las administraciones, quizás no tanto como cabría esperar, pero sí de manera considerable. Muy significativo su incremento, en el caso el PSC, en zonas muy pobladas de Catalunya, aunque debido a determinados pactos pierda Lleida y Tarragona.

Por contra, Unidas-Podemos, En Comú Podem y sus miles de marcas diferentes en cada municipio, muchas veces divididos y confrontados, han sufrido un retroceso importante, con excepciones (el caso de Madrid aparte) interesantes.

El PP recupera algo de su descalabro anterior pero no lo suficiente, y aunque la extrema más derechosa pierde empuje, lo cierto es que se configura como pieza clave para gobiernos en muchísimos lugares como Madrid

En el mundo de la derecha, el PP recupera algo de su descalabro anterior pero no lo suficiente, y aunque la extrema más derechosa pierde empuje, lo cierto es que se configura como pieza clave para gobiernos de derecha en muchísimos lugares, siendo muy destacada la situación de Madrid.

Y ahora toca conformar gobierno, pero tal como ha manifestado Unai Sordo, la fórmula que dibujen no es lo más importante, lo fundamental, lo importante es que se conformen políticas de progreso, de izquierdas, que permitan recuperar derechos arrebatados al conjunto de la clase trabajadora; dar carpetazo a la reforma de pensiones que realizó la derecha, revertir las contrareformas laborales. En definitiva, recuperar y al mismo tiempo avanzar con una fiscalidad justa y progresiva que nos permita avanzar en derechos sociales. Es en este escenario que podremos discutir un nuevo Estatuto de los Trabajadores puesto que se conformará un espacio social y político favorable al debate, con mayor equilibrio de fuerzas.

En ese marco, se deben plantear cuestiones importantes para el conjunto de la sociedad, como los ámbitos de digitalización, los cuales deben ser regulados legalmente, con participación de la clase trabajadora organizada, en el diseño y control de dicha regulación.

Cuestión aparte la encontramos en Catalunya, donde la división social y emocional cada vez es más evidente (ejemplos en las tomas de posesión de las alcaldesas de Barcelona y Sabadell) y conflicto en Santa Coloma de Farners con un sesgo muy peligroso, y en algún que otro lugar. Con unas finanzas renqueantes, por su propia política clasista y austericida, y por no haber aprobado los presupuestos generales del Estado, y con una lucha intestina brutal entre las opciones independentistas por la conquista del espacio político, sin olvidar las sentencias del macro juicio, vivido y retransmitido, que condicionarán muchísimas actuaciones del mundo que gobierna la Generalitat.

Esta situación nos indica, con todas las precauciones del mundo, un posible adelanto electoral en Catalunya (uno más), con una sociedad cada vez más cansada y dividida, y donde los espacios transversales que nos quedan son muy pocos. Solo CCOO y el Barça aguantan este Tsunami que se lleva todo por delante; apelemos pues al posicionamiento de clase y al sindicalismo, y al fútbol.

¿Y ahora?