jueves. 28.03.2024

Postales de ‘macrilandia’

postales macrismoTodavía resuena el grito eufórico que al unísono hicieron oír los simpatizantes del gobierno de Cambiemos. “Defendamos la democracia”, canturreaban los convocados por el oficialismo a través de las redes sociales, descontentos con el resultado de las elecciones primarias que dejaron fuera de cualquier chance la reelección de Mauricio Macri.  

Los testimonios recogidos por la prensa son la evidencia de que no existe nada es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda; dicho esto sin ánimos de ofender. La consigna de la marcha que se gestó en twitter era “la defensa de la República y de la democracia”. Sin que exista riesgo alguno para la democracia, ni menos aún para el funcionamiento de la República, la turba de simpatizantes del oficialismo protagonizó una auténtica paradoja al pretender la defensa de un sistema que el pasado 11 de agosto se defendió a sí mismo mediante una jornada electoral impecable.  Organizar una marcha en defensa de la democracia por no estar de acuerdo con el resultado de un elección democrática, es como organizar una orgía en defensa de la castidad.

El veneno inoculado a esa porción de pobres de derecha que defienden a su verdugo es tan potente que afloró en masa durante una jornada que los medios oficialistas definieron como “de lealtad”. Entre el griterío histérico se colaban las manifestaciones de odio hacia el candidato más votado para ocupar la presidencia a partir del próximo 10 de diciembre. No se trató de una marcha a favor de Macri, sino en contra de quien posiblemente gane las elecciones generales. Los testimonios recogidos en esta suerte de “cruzada” a contramano son joyas periodísticas que dejan al descubierto el daño que la prensa hegemónica les ha hecho a quienes creen estar defendiendo a la democracia de una amenaza apocalíptica. “Que no vuelva la yegua”, decían, en referencia a la posible vicepresidencia de Cristina Fernández de Kirchner. “No queremos ser Venezuela”, insistían otros, repitiendo la descabellada comparación como un simple eslogan. Tampoco faltaron los ataques al único medio crítico del gobierno de Mauricio Macri, ni los llantos histéricos de quienes temen que si vuelve el “populismo” ya no podrán veranear en Miami.

Se trató de una marcha de odio, de catarsis de esa facción de la sociedad que existió y seguirá existiendo. Gente cuya capacidad de raciocinio ha sido avasallada por su propia intolerancia y por un poder que día a día le inocula titulares para que los reproduzca sin el mínimo análisis. Los defensores de la república no supieron responder una sola pregunta respecto de la gestión de Mauricio Macri, sin embargo no dudaron en manifestar el odio que los corroe y que los hace tan miserables como peligrosos.

De parte del oficialismo tampoco hay intenciones de aceptar la derrota electoral. La principal asesora de campaña del presidente argentino, la diputada Elisa Carrió, ya advirtió que “nos van a tener que sacar muertos”, en referencia al triunfo  por amplia ventaja del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández. Así está el panorama político en Macrilandia. Los “defensores” de la República creen ver al enemigo acechando cerca, mientras aplauden al verdugo que sale a saludarlos desde el balcón de la Casa Rosada.  

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