jueves. 28.03.2024

Plan Cóndor, segunda entrega

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La reedición del Plan Cóndor busca la coordinación de los dirigentes de derecha en América Latina para aislar del contexto regional a las naciones con gobiernos progresistas

La estrategia injerencista e intervencionista de Estados Unidos en Latinoamérica durante las décadas del ’70 y ’80 se basaba en los golpes militares para derrocar gobiernos democráticos y conformar regímenes y dictaduras pro estadounidenses. Ejemplo de estas acciones fueron los derrocamientos de Salvador Allende en Chile, Isabel Perón en Argentina, o el golpe en Uruguay presidido por Juan María Bordaberry.

Hoy, la serie de juicios contra importantes liderazgos progresistas, la criminalización de sectores afines a la soberanía económica, los golpes de economía a los países de conciencia popular, son algunos de los aspectos que recobran significado y nos advierten de la inminente reconfiguración de un nuevo Plan Cóndor en América Latina.

A más de 40 años de aquella nefasta etapa vivida por la región, el guión se repite, esta vez sin la misma violencia, pero con las mismas pretensiones: erradicar la izquierda y sus ideas, tal y como lo han afirmado importantes figuras que representan gobiernos latinoamericanos. 

La reedición del Plan Cóndor busca la coordinación de los dirigentes de derecha en América Latina para aislar del contexto regional a las naciones con gobiernos progresistas. El nuevo Plan Cóndor busca el revanchismo político de la derecha al destruir y desprestigiar los avances sociales alcanzados por los gobiernos de corte socialista. Esto se evidencia con la llegada en diciembre de 2015 del Gobierno neoliberal de Mauricio Macri, cuyas primeras medidas fueron despidos masivos, censura de medios de comunicación, privatizaciones y ataques contra países que no comulgan con sus políticas, como Venezuela.

Un accionar fácilmente identificable es el empleo de campañas mediáticas  para criminalizar y hundir políticamente a quienes caracterizaron su gestión por una economía popular.  Además de buscar que sean procesados y desterrados del ámbito político, se recurre a los medios de comunicación que buscan influir en la población, atemorizándola, manipulándola y deslegitimando todo cuanto tenga que ver con el gobierno de corte popular. Esta es la herramienta fundamental con la que el neoliberalismo manipula a las masas para llegar al poder. La estrategia, según Gene Sharp, politólogo estadounidense promotor de lo que denomina “Golpe Blando”, consiste en cinco pasos para provocar golpes suaves: ablandamiento; deslegitimación; calentamiento de calle; combinación de formas de lucha y fractura institucional.

Mediante el primer paso se busca la promoción de acciones provistas a generar un clima de malestar social en el país, desarrollando matrices de opinión sobre problemas reales o potenciales. La muletilla predilecta suele ser, en esta primera instancia, la promoción de denuncias de corrupción estatal que, en gran parte de los casos, no han sido comprobadas, pero influyen en generar “clima” tanto antigubernamental, como anti estatal, como sucedió durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner

Plan Cóndor, segunda entrega