jueves. 25.04.2024

La pandemia después de la pandemia

Según el Director del Programa de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas, “en los próximos meses podrían desencadenarse hambrunas de proporciones bíblicas”

En junio de 2019, ocho meses antes de que el Covid-19 se transformara en pandemia, la ONU, a través de su director general del Programa Mundial de Alimentos, había advertido que 2020 sería un año catastrófico, marcado por la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial.

El informe que señalaba el incremento del hambre y la desnutrición infantil en más de veinte países fue enviado a los líderes mundiales por David Beasley, quien ahora no duda en señalar que a fines de este año “podrían desencadenarse múltiples hambrunas de proporciones bíblicas”. 

Las cifras que la Organización de las Naciones Unidas dio a conocer hablan por sí solas: “821.000.000 de personas pasan hambre y 300.000 podrían morir a diario en un período de tres meses; sin incluir el incremento del hambre a causa del coronavirus”.

En el informe presentado a la prensa el 21 de abril se destaca que los programas de asistencia para el 2020 necesitarán de un refuerzo económico que rondará entre los 10 y los 12 millones de dólares. Aún así, el director  general del Programa de Alimentos advirtió respecto de la responsabilidad de los líderes mundiales a la hora de tomar medidas con antelación para combatir lo que podría convertirse en la peor hambruna de los últimos cien años.

David Beasley, recientemente recuperado de coronavirus, sostiene que la pandemia ha llegado en un momento ya muy frágil para el sistema humanitario y que sus efectos causarán estragos alrededor del mundo, especialmente en países como Sudán del Sur, Yemen o Siria, pero fundamentalmente en el Continente Africano.

Beasley aseguró que las consecuencias económicas de la pandemia podrían costar más vidas que la propia enfermedad. Es por esto que el Programa Mundial de Alimentos exige a los gobiernos a no imponer vetos a las exportaciones, restricciones en los controles fronterizos o cierre de puertos por los que fluye el tránsito de alimentos. “Queremos que los líderes entiendan el panorama. Hay que mirar a todo el espectro en los ámbitos sanitario y económico, porque estos asuntos de hambre, inanición y del COVID-19 tienen que decidirse juntos, trabajando juntos. No se puede elegir entre uno y otro, si no, habrá un sufrimiento extraordinario".

La pandemia después de la pandemia