viernes. 26.04.2024

La oligarquía argentina ya presiona al gobierno de Alberto Fernández

El presidente electo, Alberto Fernández, aún no comenzó su gestión y ya está siendo condicionado por la derecha más reaccionaria y por la prensa hegemónica

La derecha más reaccionaria argentina, ligada al gobierno saliente, presiona junto a los sectores rurales encabezados por Luis Miguel Etchevehere, actual Ministro de Agroindustria de Mauricio Macri. "Que nadie se equivoque: aceptar la decisión de la mayoría no significa permitir que nos pasen por encima", aseguran en un video en el que también advierten que “no aceptarán” que les impongan retenciones.

A dos semanas de que asuma el nuevo gobierno, asociaciones rurales de Córdoba y de Santa Fe, junto a la Sociedad Rural Argentina, han hecho público el video a través del cual amenazan a Alberto Fernández. El presidente electo anunció hace unos días que los grandes beneficiarios del gobierno de Macri –petroleros, mineros y el campo- “deberán hacer un esfuerzo”.  

En el video que por estas horas circula en las redes sociales, la Sociedad Rural amenaza la estabilidad del gobierno del Frente de Todos. “Estamos organizados y trabajando a lo largo y ancho del país y al costado de las rutas, en cada ciudad y en cada pueblo estamos conectados y alertas para responder a cualquier medida autoritaria y abusiva”, dicen, refiriéndose al esfuerzo que deberán hacer, al igual que lo ha hecho hasta el momento la clase trabajadora, los jubilados, los docentes, los discapacitados y los sectores más vulnerables, de los que Macri transfirió recursos que sumó a los privilegios de la sociedad rural, eliminándoles las retenciones. 

 “Me encantaría no cobrar retenciones pero le hubieran dicho a Macri, que me va a dejar 5 o 6 puntos de déficit fiscal. Díganme cómo quieren que tenga déficit cero sin mejorar mis ingresos. Una parte lo voy a mejorar haciendo crecer la economía, pero en un primer momento van a tener que hacer un aporte todos”, dijo Fernández  en un reportaje a Página 12. Y esto fue suficiente para producir malestar en una oligarquía que aún lamenta la derrota de Mauricio Macri.

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