sábado. 20.04.2024

Basta de censu…

La persecución a periodistas es parte del cóctel del "cambio" propuesto por Macri.

censu

Periodistas detenidos en manifestaciones, allanamientos arbitrarios, brutalidad policial, persecución ideológica, una presa política y un desaparecido, son parte del cóctel del “cambio” propuesto por el neoliberal Mauricio Macri.


Los simpatizantes del oficialismo se dedican a atacar a quienes reclaman derechos básicos, llamándolos “vagos” o acusándolos de pertenecer a agrupaciones políticas de izquierda

A casi dos años de la asunción de Mauricio Macri la democracia argentina se ha precarizado. Sin embargo, de momento –y gracias a la complicidad de la prensa hegemónica-, las consecuencias de esta nefasta primera etapa de gobierno pro mercado aún se mantienen en las sombras, mientras que el Estado de Derecho es cercenado de manera sistemática.  

La decisión del gobierno de perpetrar una política económica que responde a los intereses de la oligarquía, sólo es posible mediante la creación de un fantasma que la prensa oficialista ya se ha encargado de inventar. Los medios han criminalizado la protesta social, respondiendo a la necesidad del poder que ahora apunta a enemigos internos a los que es preciso erradicar para alcanzar la felicidad y la prosperidad colectiva.    

Esta interpretación falsa de la realidad es la que a diario emana de las bocas de los comunicadores oficialistas que de sobra saben el efecto que producirá. El enemigo interno es, para el consumidor de noticias oficiales, todo aquel que levanta la voz contra el brutal ajuste que lleva a cabo el gobierno; el enemigo es el trabajador que perdió el empleo, el jubilado que perdió la cobertura de sus medicamentos, los discapacitados que perdieron su pensión. Todos y cada uno de los afectados por el proceso económico que ha puesto en marcha el gobierno de Mauricio Macri, son los “enemigos” de la patria. 

El desquicio de funcionarios y periodistas se explica seguramente por los intereses políticos o pecuniarios en juego. Pero hay también un tufillo más viejo y conocido; más grave, más triste y repugnante: El enano fascista que -según la escritora italiana, Oriana Fallaci- “los argentinos llevan dentro”, se ha liberado y por estos días de mueve a sus anchas, quizás porque ahora su imbecilidad ha encontrado en esta Argentina del cambio, el sitio idóneo en el que manifestarse.

Los simpatizantes del oficialismo se dedican a atacar a quienes reclaman derechos básicos, llamándolos “vagos” o acusándolos de pertenecer a agrupaciones políticas de izquierda, como si esto representase un delito. Los docentes que intentaron concientizar a sus estudiantes sobre la Desaparición Forzada de Santiago Maldonado fueron intimidados por los padres de los estudiantes y denunciados ante la policía por “adoctrinamiento”. Personas que pegaban carteles en las calles con la imagen de Maldonado fueron agredidas por sus vecinos. Los músicos de la orquesta Fernández Fierro padecieron los insultos de su público en un recital, en el cual mencionaron al joven desaparecido. Para los enanos fascistas que han despertado en la Argentina de cambio, Maldonado es “un hippie sucio”; pensamiento que demuestra el nivel de ignorancia y peligrosidad que no es sino el reflejo ideológico de quienes hoy ocupan el poder.  

Hace más de 40 años el filósofo francés Gilles Deleuze denunció el despertar de lo que  llamó “neofascismo”, no ya como un movimiento ni una ideología de guerra (como el viejo fascismo), sino como “una alianza mundial para la seguridad, para la administración de una paz no menos terrible, con una organización coordinada de todos los pequeños miedos, de todas las pequeñas angustias que hacen de nosotros unos microfascistas encargados de sofocar el menor gesto, la menor cosa o la menor palabra discordante en nuestras calles, en nuestros barrios y hasta en nuestros cines”.

La única voz discordante mediante la cual aún podía llamarse Periodismo al arte de comunicar, se apagó esta semana. Roberto Navarro, conductor del ciclo televisivo que ha denunciado las maniobras de corrupción del gobierno, y ha aportado, además, informes irrefutables que dejan al descubierto las acciones de Macri para comprar jueces, para favorecer a sus socios y para mantener periodistas a sueldo, ha sido apartado del canal por la presión ejercida desde el gobierno.    

Periodistas detenidos en manifestaciones, allanamientos arbitrarios, brutalidad policial, persecución ideológica, una presa política y un desaparecido, son parte del  cóctel del “cambio” propuesto por el neoliberal Mauricio Macri, que mostró siempre una gran preocupación por las libertades individuales en Venezuela.

Basta de censu…