viernes. 29.03.2024

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José Bujalance C. | Tal y como ha declarado el Tribunal Supremo, los ciudadanos con sus tributos no tienen que soportar el coste de determinadas actuaciones ilegales.

Lo malo de las pasiones políticas es que, como toda pasión, son irracionales. Y tienden a generar una sensación de pertenencia al grupo, tribal, que aniquila cualquier posibilidad de diálogo y sitúa todo el debate en un "nosotros" frente a un "ellos."

En el mitin encubierto de Casado en Ceuta, hemos podido ver la España que defienden los impresentables, y no me refiero a quienes desde su estupidez supina e indigencia cultural increparon a la prensa, que también, sino al pseudo demócrata fraCasado que no interviene cual cobarde cuando esto sucede tras preguntarle a él mismo por su exjefa y amiga; por cierto, no es pasado, apenas sucedió hace tres años.

Hubiese sido una "magnífica opción" para demostrar respeto y apoyo, pues sin una prensa libre e independiente no hay democracia, en lugar de permitir asfixiar a los medios de comunicación (censura política) en una reformulación de los valores y prácticas democráticas, en un intento fundamentalista de boicotear la responsabilidad que le corresponde a los medios de informar a la sociedad.

Ha sido una vuelta de tuerca más, por si fuese poco que Fiscales Anticorrupción, guardias civiles de la UCO y policías de la UDEF fuesen señalados y sufrieran la ofensiva, el acoso, víctimas del manejo partidista del poder político y de ataques furibundos por medios de comunicación a sueldo en lo que para vergüenza ajena denominaron conspiración contra el Gobierno del PP. La proto fascista Cayetana Álvarez de Toledo propuso que los policías y guardias civiles de las unidades investigadoras fuesen obligados a revelar públicamente su identidad para que se les puedan pedir cuentas de su trabajo, como ya hicieron otros con quienes se ocupan de la violencia de género en Andalucía, cual miembros de bandas de lumpen auspiciadas —y controladas políticamente— manu militari, en su afán de gestionar la sociedad de masas a base de combinar chivos expiatorios -comunistas y socialistas- y bienestar para las masas consumistas sin contar la infinidad de vilezas que han sido puestas en circulación en las mal llamadas redes sociales: desinformar, mentir, injuriar, calumniar, comportamientos de ciudadanos clínicamente irresponsables.

Informados estamos, por ejemplo, de la caja B de Podemos (desde 2019 en el candelero) y de numerosas investigaciones prospectivas; no tanto de la denuncia presentada en julio de 2020 por la existencia de una caja b en Valencia de los de Abascal, y que en solo 13 días, el ministerio público concluyó que no había indicios de delito y envió al Tribunal de Cuentas (órgano fiscalizador que fue condenado por el Supremo por "desviación de poder" además de en otras cinco ocasiones) un escrito para que analizase los hechos "por si fueran constitutivos de alguna de las infracciones administrativas contempladas" en la Ley de Financiación de Partidos y, según parece, al affaire vuelve a la Fiscalía pues el Tribunal de Cuentas "reconoce la existencia de indicios suficientes tanto de ilícitos penales como de responsabilidad contable."

No olvidemos que, siendo ministro del Interior, Zoido ordenó investigar a los policías que señalaban al marido de Cospedal en el Caso Pujol. Como ciudadanos celosos de nuestras libertades tenemos que ver claramente de dónde vienen las tendencias liberticidas y de dónde no. De dónde viene la fuerza para la solidaridad con quienes van a pasarlo peor con esta nueva crisis y cómo se manifiestan aquéllos que de solidarios no tienen nada porque navegan con sus privilegios por el lado mejor de la desigualdad.

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