jueves. 18.04.2024

Reflexión entre el futuro de las pensiones e inmigración

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La reducción de nacimientos y mayor esperanza de vida de los mayores, crea un problema para afrontar el pago de las pensiones, que no tienen una única solución, sino combinación de varias entre ellas

Por Juan Tejera | La baja natalidad produce un detrimento en el nivel de población que tenemos actualmente en España, como consecuencia de la variación de las costumbres en cuanto a la vida familiar, que ha pasado de matrimonios o parejas de hecho jóvenes a uniones por encima de 30 o 40 años. Todo lo anterior, ha dado lugar a que en el año 2017, la edad media de la primera maternidad haya sido de 30,9 años.

Esto tiene diversas causas, entre ellas la precariedad laboral y los problemas surgen en las empresas cuando las mujeres pasan a ser madres, así que en algunos casos optan por retrasarlo y cuando se dan cuenta, ya es tarde y se quedan con uno o dos hijos, eso en el mejor de los casos….  aunque hay quién le guste tener más. También se está poniendo de moda que algunas empresas extranjeras estén ofreciendo la posibilidad de congelar los óvulos para que ejerzan la maternidad más tarde en una avanzada política de beneficios sociales a sus empleadas. En dicho año 2017 la tasa de natalidad fue de 1,31 por mujer en edad fértil, tres décimas menos que el año anterior, situándose en 8,4 nacimientos por mil habitantes, que es la más reducida en más de 40 años.

He analizado los datos estadísticos de nacimientos y fallecimientos del 2000 al 2017 y resulta que en 2008 fue el año con mayor número de nacimientos (519.779) teniendo un crecimiento vegetativo mantenido hasta 2014, con nacimientos superiores a las defunciones, pero que a partir del 2015, se inicia el descenso con un saldo vegetativo negativo en los tres años de -34.250, cerrando el año con 391.930 nacimientos, por lo que resulta ineludible establecer iniciativas que corrijan la tendencia. Según un estudio realizado por Pew Research Center, la tasa necesaria para el relevo generacional es de 2,1, actualmente superado por la mujer musulmana que está en el 2,2.

La reducción de nacimientos y mayor esperanza de vida de los mayores, crea un problema para afrontar el pago de las pensiones, que no tienen una única solución, sino combinación de varias entre ellas, las siguientes:

- Que con la inmigración se complemente la falta de nacimientos, a ser posible una inmigración que cotice por cuenta propia o ajena a la Seguridad Social para lo cual también necesitamos una clase empresarial en la que haya una renovación de mentalidades y donde el empresariado sepa ver el valor que supone tener a personas extranjeras contribuyendo a la creación de riqueza en nuestro país y en su propia empresa, extremo este complicado en un entorno mayoritario de micro empresas, donde casi el 85% del tejido empresarial son empresas de menos de 6 trabajadores cumpliendo, además, el cupo de inmigración a la que nos refieran los acuerdos alcanzados en el seno de la Unión Europea.

- Que los Poderes Públicos, en los distintos niveles fomenten las condiciones adecuadas, desde los permisos por maternidad, guarderías etc. para que las parejas o matrimonios puedan tener el número de hijos que consideren oportuno. En este aspecto, el aumento en una semana más del permiso por paternidad, situándolo en 5 semanas es un avance importante en el que hay que incidir más.

- Acuerdos entre empresas públicas o privadas con los trabajadores, para que con la recuperación económica, se establezcan salarios dignos que incrementen las cotizaciones.

- Que los fondos de la Tesorería de la Seguridad Social sean exclusivamente para pago de pensiones que hayan cotizado y que cualquier otro pago como las no contributivas u otros, sean a cargo de los Presupuestos Generales.

- Y si con estas iniciativas u otras no alcanza lo suficiente, el resto que el Gobierno que corresponda, disponga lo necesario para cubrir lo que falte.

El futuro de todos nosotros está en juego.

Reflexión entre el futuro de las pensiones e inmigración