Naufragio

José Bujalance C. | Quisiera pensar que el affaire entre Pedro y Pablo es en realidad una estrategia de cara a desenmascarar al triunvirato de derechas, aunque los últimos acontecimientos empiezan a preocuparme.

Como es evidente, somos much@s quienes no admitiríamos bajo ningún concepto a unos personajillos que pretendieran anteponer intereses de partido o incluso personales a los del pueblo al que dicen representar.

Si el PSOE pretender devolver la política al bipartidismo, dejando en la irrelevancia política a Podemos, o si Iglesias antepone su posición de liderazgo interno al interés general, ambos están tratando como no se merecen no sólo a sus votantes sino a los españoles en su conjunto, pues nos veremos irremisiblemente engullidos por el neoliberalismo salvaje (por aglutinar en un concepto a trumpistas, nacionalpopulistas y neocom). Es bien sabido que la izquierda se desmoviliza mientras que en la derecha, a lo sumo, habrá trasvase de votos en unas hipotéticas nuevas elecciones.

Soluciones hay muchas y diversas pero ninguna pasa por jugar con fuego y las fuerzas vivas tampoco deberían creer que la indignación que hizo implosionar el 15-M está solventada, como tampoco lo está el feminismo ni el creciente sentimiento ecologista.

La Corona debe adecuarse a la nueva realidad sociopolítica y empezar a parecerse a una institución moderna y democrática pues como el acervo no sólo ha de serlo y este tema incluye la irremisible modificación constitucional.

El tema catalán deberá esperar las resoluciones judiciales; Europa no parece estar en el mejor momento para exigir pues incumple no sólo sus fundamentos sino el Derecho Internacional; la reforma laboral y otras cuestiones socioeconómicas deben solventarse a la mayor brevedad con el mayor consenso posible.