sábado. 20.04.2024

Uno de los mejores gobiernos de la democracia

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El primer gesto ha sido conformar un gobierno de 17 personas de las que 11 son mujeres. Para empezar, la vicepresidenta es por primera vez la titular de la cartera de Igualdad

Por Mario Regidor | El nuevo gobierno socialista ya ha sido “presentado en sociedad” y, sinceramente, las sensaciones son muy buenas aunque, como todo en esta vida, el movimiento se demuestra andando.

En un primer vistazo podemos observar una muy buena simbiosis entre personas de partido, bregadas en el debate parlamentario y en la gestión en puestos de responsabilidad ejecutiva en sus respectivas comunidades autónomas, junto con personas muy experimentadas en su actividad profesional privada o pública y con prestigio nacional e internacional.

En el primer caso podemos poner como ejemplos a la Vicepresidenta y Ministra de Igualdad, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Carmen Calvo, al Ministro de Fomento, José Luis Ábalos y a Josep Borrel, como Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

En el segundo caso, los ejemplos más notorios son el de Pedro Duque, como Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Teresa Ribera, como Ministra de Transición Ecológica y Dolores Delgado en Justicia.

No obstante, ya ha habido algunas críticas, antes incluso de empezar a trabajar, para algunos de los ministros. Quizá, los dos casos más notorios sean los del titular de Interior, el juez Fernando Grande-Marlaska y el de Maxim Huerta, como Ministro de Cultura y Deporte. 

En el caso del primero, las críticas se centran en su actuación como juez en el caso del accidente del Yak 42 donde 75 personas murieron, entre ellos 62 militares españoles y en el que, además del vuelo subcontratado por el Ministerio de Defensa, hubo múltiples errores y dejaciones en la fase de clasificación e identificación de los cuerpos que motivaron la judicialización del procedimiento y que recayó en Grande-Marlaska que, después de las indagaciones pertinentes, acordó sobreseer el caso. Otra crítica viene motivada por el secuestro de una de las publicaciones del semanario El Jueves en donde aparecían en portada practicando el coito el Rey Felipe VI y su esposa Letizia Ortiz. Si a eso unimos el hecho de que era una de las personas en las que pensaba el PP cara a la renovación de cargos del Consejo General del Poder Judicial, pues las críticas pueden parecer justificadas.

En el caso de Maxim, las críticas no se centran en la parte cultural de su ministerio ya que, difícilmente, se puede negar su vinculación con la literatura ya que ha escrito numerosos libros, así como su preparación y experiencia ya que es periodista y tiene experiencia en numerosos medios de comunicación y en multitud de programas, la mayoría en televisión. Las reservas de muchas personas vienen dadas por la parte de deportes de su cartera ya que ha reconocido que ni lo practica ni le gusta especialmente el deporte. De ahí que la Secretaría de Estado para el Deporte, para la que sonaba el nombre de Vicente del Bosque seguramente se refuerce con una persona muy ligada al mundo del deporte en la que hay que esperar que también aporte capacidad de gestión y de aconsejar el ministro en materias en las que, por no estar muy versado, se pueden antojar como débiles en su gestión.

De todos modos, y a pesar de lo anterior, tengo claro lo que dije en el primer párrafo de este artículo: el movimiento se demuestra andando y ambos ministros son personas que conocen la materia y que pueden aportar puntos de vista diferentes que pueden escasear en el Consejo de Ministros y Ministras.

Y aquí me querría detener un momento ya que, una de las características más comentadas y alabadas en la prensa nacional e internacional es que Pedro Sánchez ha sabido leer muy bien el cambio de época, al menos en España, con la lucha en favor de la igualdad entre hombres y mujeres y de la no discriminación laboral y social. Para ello, el primer gesto ha sido conformar un gobierno de 17 personas de las que 11 son mujeres. Pero ha habido dos gestos más igual de importantes. Para empezar, la vicepresidenta es una mujer, lo cual no es ninguna novedad en los últimos tiempos ya que Zapatero y Mariano Rajoy también tuvieron vicepresidentas, sino que, por primera vez, dicha vicepresidenta es la titular de la cartera de Igualdad. Todo este entramado se refuerza por el hecho de que materias clave, como la Economía, Hacienda, Defensa, Educación, Justicia, Trabajo y Política Territorial las llevan mujeres.

Además, esa querencia porque la igualdad sea una materia primordial y transversal en las políticas que vaya a desarrollar el gobierno en estos dos últimos años que restan hasta la convocatoria de elecciones se ve también en las propuestas legislativas que se pretenden sacar adelante, entre ellas una ley que incida en la desaparición o disminución de la brecha salarial por razón de género.

Otra cualidad de este gobierno y que da idea también de la importancia de los gestos se ve en la denominación de los ministerios ya que el nombre de cada cartera permite focalizar en la importancia que da a ciertas materias el ejecutivo de Pedro Sánchez. Vamos a resaltar unos cuantos ejemplos:

En el caso del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, además de su titular, un destacado europeísta que fue Presidente del Parlamento Europeo, la inclusión del término Unión Europea refuerza la actitud del gobierno cara a la principal organización supranacional de la que formamos parte (con el permiso de la ONU, claro) y su apuesta por ella en esta época de crisis y tiranteces internacionales. Ya lo dijo Pedro Sánchez en la presentación del gobierno, es profundamente europeísta.

Otro aspecto capital es que, al contrario que en anteriores gobiernos socialistas, donde los ministerios de Economía y Hacienda iban juntos en una misma cartera, ahora seguimos la estela de los últimos tiempos y los mantenemos separados en dos ministerios. Aquí quería resaltar el hecho de que a la denominación de Ministerio de Economía, se le une Empresa. Esta terminología, ya empleada en otras comunidades autónomas como Cataluña focaliza la acción del gobierno en la apuesta por reforzar el tejido productivo y económico de España prestando especial atención a las verdaderas creadoras de empleo, las empresas.

La creación de un ministerio nuevo como el de Transición Ecológica, llevado por Teresa Ribera que ya fue Secretaria de Estado de Cambio Climático en el último gobierno de Zapatero y que aúna competencias en Medio Ambiente y Energía por vez primera también marca una senda a seguir en una de las áreas llamadas a ser transversales en este gobierno aunando la apuesta por las energías renovables y el cuidado del medio ambiente en un único ministerio y con una única responsable.

En el caso del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, que lleva Magdalena Valerio, el cambio de tercio se revela mucho más claramente. El hecho de que Migraciones pase a depender de Trabajo en vez de Interior, hace recaer el peso en la capacidad de integración social y productiva que puedan aportar aquellas personas procedentes de terceros países a la economía española pero, sobre todo, les desbanca del sesgo discriminatorio que pudiera tener el hecho de que estuvieran incluidos en Interior con toda la carga de seguridad que conlleva.

En el caso del Ministerio de Educación y Formación Profesional, comandado por Isabel Celaá, ésta última denominación deviene en fundamental para la necesaria imbricación entre el mundo de la empresa y el de la educación y ,si tiene éxito, en el resurgimiento de la Formación Profesional como uno de los nichos principales para la adaptación a los nuevos tiempos que vienen en el terreno laboral ya avanzados con los certificados de profesionalidad, por ejemplo.

Pero, quizá, la elevación a rango ministerial de la ciencia, la innovación y las Universidades, sitúa a esta última en la clave de bóveda necesaria para que la I+D+I sea el leit motiv indispensable que transforme a las universidades en centros de enseñanza pero, a la vez, y sobre todo, en el principal reducto de la investigación científica en nuestro país.

Por último, la creación de la figura de un Comisionado para la Pobreza Infantil con rango de ministerio y dependiendo directamente del Presidente del Gobierno refuerza la vertiente social de este gobierno, incidiendo en una de las más graves consecuencias colaterales de una década de crisis económica que han pagado los más débiles y que han agravado la desigualdad social.

Quizá, en el debe de la conformación del gobierno, apuntar dos datos.  Hubiera sido deseable que al Ministerio de Cultura y Deporte se le hubieran unido las competencias del área de Juventud, pasando a llamarse Cultura, Deporte y Juventud. Otra iniciativa que hubiera sido pionera ya que no ha habido nunca un Ministerio de Juventud.

Por último, y para terminar, hay dos problemas que están aquejando a los países desarrollados en general y, al menos, uno de ellos a España en particular. Me refiero al despoblamiento rural que sufre la península ibérica, apremiante en varias provincias de Extremadura, las dos Castillas y, sobre todo Aragón y Galicia y que, tal y como indicó el presidente, en estos dos años se convierte en un problema de gravedad que hay que tratar de atajar por medio del desarrollo e implementación de las políticas oportunas pero que no se ha concretado en ningún órgano político diferenciado y dotado de personalidad propia. 

El otro problema es la soledad de nuestros mayores, mujeres especialmente, que ven alargar su esperanza de vida, cada vez más alejados de la compañía de seres humanos próximos y sin apenas auxilio de los poderes públicos. Hay un ejemplo palpable y reciente en Gran Bretaña, en donde se ha creado en el gobierno de Theresa May una Secretaría de Estado de Políticas contra la Soledad, algo muy necesario en nuestra sociedad y que, cada vez se demandará más por parte de la ciudadanía.

Bueno, como dije al principio, el tiempo dirá si este gobierno cumple con las expectativas generadas con su nombramiento pero, lo que no me cabe duda es que este gobierno, a priori, es uno de los mejores que hemos tenido en los últimos 40 años.

Uno de los mejores gobiernos de la democracia