viernes. 29.03.2024

Los héroes no existen

proteccion covid

Por Alejandro Sánchez | En primer lugar, quiero indicar que quien suscribe pertenece al gremio de la Sanidad y lleva ejerciendo su vocación con la misma pasión desde hace 10 años. El fin de este artículo no es otro que el de mostrarte cómo vemos nosotros la situación presente y pasada.

El 14 de marzo de 2020 pasará a la historia como el día en que los españoles aprendieron que por encima de las libertades individuales están las colectivas, que somos simples humanos capaces de morir por algo que no conocemos, que no vemos. El 15 de marzo será el día que desesperadamente buscamos héroes con capa y nos encontramos personas con batas y guantes.

Durante todos mis años asistiendo a personas he visto todo tipo de respuestas a mi llegada, desde agradecimiento hasta objetos contundentes volantes. Pero hoy, el 100% de mis llegadas son recibidas con miedo, porque saben que algo está pasando. Aún así, recibo aplausos que respondo con una sonrisa tapada por una mascarilla FFP2 y un saludo con mi mano cubierta por doble capa de guantes de nitrilo azul. Nos dirigimos a un domicilio por un “malestar general” (esto, para que me entendáis, significa: no tenemos ni idea de lo que tiene, ve tú y descúbrelo), así que las medidas de prevención son necesarias. Ataviados con nuestro Equipo de Protección Individual (EPI) evaluamos al paciente y descubrimos que no era Covid-19, “solo” una hipoglucemia al pasarse de la dosis con la insulina.

El motivo por el que te explico cómo atendemos un requerimiento es porque creo firmemente que necesitas saber cómo os vemos nosotros a vosotros y lo que sentimos. En lo personal me siento admirado, en algunos casos idolatrado, pero lo cierto es que soy tan humano como tú. Tengo que ponerme doble guante y una mascarilla para atender a un paciente porque no sé qué me puede contagiar, y si no lo llevo y me tose en la cara, si tengo la mala suerte de que sea un paciente infectado por Covid-19, yo (y perdonadme la expresión) estoy jodido.

Agradezco todas las muestras de apoyo que recibo en estos días, pero, con todo mi cariño, te digo que ahora no las necesito. Las necesité en las últimas manifestaciones donde protestábamos contra el sistemático desmantelamiento de la sanidad pública. Las necesitaré cuando todo esto acabe y podamos volver a reclamar lo que nos merecemos: protección, medios y recursos para ayudarte.

Que la sociedad vea a los profesionales sanitarios como héroes es muy peligroso, porque ser héroes implica poder hacer cualquier cosa con lo que sea, y, en las peores batallas, acabar resultando vencedores. Y no es así. Según el diario EL PAÍS, el 12% de los contagios de Covid-19 son de trabajadores sanitarios. Ya hemos sufrido pérdidas humanas de personas que vivían para ayudarte. Pero la verdad es que durante los últimos años nos hemos visto agredidos en nuestro trabajo por personas a las que queríamos ayudar. No nos mata solo este virus, parte de la sociedad que ahora nos aplaude se puso de lado cuando recibíamos golpes e insultos.

La corrupción y la poca vergüenza de los políticos patriotas de la derecha han puesto tu salud, la de tus padres, la de tu pareja y la de tus hijos en jaque

Un artículo de Redacción Médica afirma que el 80% del personal sanitario ha sufrido al menos una agresión en los últimos 5 años. En mi caso personal, he sufrido 6 en ese tiempo, aunque ninguna física. Recalca, además, que las mujeres son las principales víctimas, y dentro de la profesión, las enfermeras reciben la peor parte. Sabemos a lo que nos exponemos cuando tratamos con cierto tipo de pacientes, sobretodo en mi caso (emergencias), pero la agresión no siempre viene de pacientes bajos los efectos del alcohol u otro tipo de sustancias, de hecho, en muchas ocasiones ni si quiera provienen del propio paciente, sino del acompañante.

Navegando un poco por las redes sociales me encuentro una noticia de Levante donde un responsable de una empresa de ambulancias niega un EPI al personal sanitario que iba a realizar un traslado. De momento deberíamos tener claro que este tipo de EPI debe estar entre el material de la ambulancia siempre, haya pandemia o no. ¿Por qué ocurre esto? Muy sencillo: la inmensa mayoría de los servicios de ambulancias del país están en manos de entidades privadas subcontratadas por el gobierno de la Comunidad Autónoma, que, a su vez, se desentiende de un servicio de primerísima necesidad. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que nuestra salud esté en manos de empresarios? Y te aseguro, sin intención de alarmarte, que en estos años he visto desde ambulancias operativas sin personal cualificado, ni colegiado si correspondiese, hasta unidades que no contaban con un desfibrilador, esencial en casos de paradas cardiacas.

Siento desilusionarte, pero tu héroe no lleva capa, no tiene recursos, es mortal y hasta lleva sponsor en su uniforme. Y el motivo no es otro que haber permitido que gobiernos pretéritos jugasen con tus hospitales como si del Monopoly se tratase. La corrupción y la poca vergüenza de los políticos patriotas de la derecha han puesto tu salud, la de tus padres, la de tu pareja y la de tus hijos en jaque. Y un dato muy significativo es la destrucción de plazas de personal sanitario hospitalario en la Comunidad de Madrid en tiempos de la gran “amiga” de la sanidad pública: Cristina Cifuentes. Hoy, aún con las contrataciones masivas que han hecho, seguimos sin volver al ratio de paciente-facultativo con el que contábamos hace 5-6 años.

Ahora toca trabajar juntos para parar la curva de contagios del Covid-19, pero cuando todo esto acabe, que acabará en un mes, recuerda que tu vida está en manos de personas, y que esas personas no siempre velan por el interés general, aunque escriban tweets con el hashtag #QuédateEnCasa. Por suerte, la gestión del Gobierno de España está siendo sobradamente acorde a la necesidad, a pesar de las carencias que sufrimos. Pero la culpa no es de quien acaba de llegar y se ha comido el marrón, es de quien lleva años acabando con nuestras defensas porque decían que no era necesario.

En último lugar, quiero dar un abrazo inmenso desde la distancia a todas las personas que aplican rigurosamente este confinamiento y que realmente son las que están frenando la curva de contagios. Los sanitarios solo atendemos a los ya contagiados, recuérdalo: tú eres la solución.

Los héroes no existen