jueves. 28.03.2024

La nueva normalidad

playa

Por Sonia Carrasco | Soy persona de riesgo ante la COVID-19, convivo con mi hija de 18 años, también persona de riesgo. Mi último día de trabajo fue el 13 de marzo, soy de las pocas afortunadas que trabajan y tengo una Incapacidad Temporal por riesgo de contagio por la COVID-19. Trabajo en Servicios Sociales en la isla de Gran Canaria, y si la situación antes del virus era insostenible en muchos casos, no quiero ni imaginar como será ahora.

El motor económico de las islas es el Turismo, y la gran parte de la población vive de ella, de manera directa o indirectamente. Somos un territorio frágil y limitado debido al impacto medio ambiental que puede tener el sector de la construcción y el efecto migratorio en las islas.

El Tratado de Amsterdan de 1999, dio a Canarias la condición de región ultra periférica, recibiendo un trato fiscal diferenciado compensando así las desigualdades que provoca nuestra situación geográfica. Aún así tenemos un escaso peso económico en el conjunto de la Unión Europea.

Antes de la crisis del coronavirus la situación económica para Canarias no era muy halagüeña, debido a la incorporación de nuevos países a la UE y a la retirada de gran parte de las subvenciones que recibíamos y a otros destinos turísticos que nos hacían competencia.

Después de este relato me pregunto: ¿Cómo será esa “nueva normalidad” que llegará aproximadamente a finales de junio?

Correremos el riesgo de que esta situación social sin ayuda de Europa nos acabe llevando de nuevo a las ideologías totalitarias como forma de protesta que no ve más allá de la bandera

Con los aforos limitados en restaurantes, bares, hoteles, otros comercios, y ya veremos cómo será volver a la playa; la “nueva normalidad” para los trabajadores que se encuentran en una situación de ERTE, desempleados de larga duración, familias que ya estaban antes en riesgo de exclusión social, etc., será seguir en las mismas condiciones económicas de ahora, dado que muchos de los establecimientos que he nombrado ya han hecho declaraciones en televisión diciendo que no les compensa abrir, pues les sale más caro el mantenimiento de los establecimientos y del personal que los beneficios económicos por tener abierto el comercio.

Y todo esto sin tener en cuenta la segunda oleada de la COVID-19 que se prevé basado en un estudio matemático realizado por expertos de la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad de Zaragoza, la Fundación ISI de Italia y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

¿La nueva normalidad consistirá en ser una región que vive de subvenciones, que no invierta en tecnología, en investigación científica, en seguir con el “todo incluido”?

La “nueva normalidad” no se trata de volver a la realidad que existía en enero o febrero de 2020, esta pandemia pone en evidencia la farsa de considerarnos ciudadanos del primer mundo con una sanidad pública fuerte y en forma, y lo que nos vamos a encontrar con la nueva normalidad es que tampoco lo somos a nivel socio-económico, si no existe un Estado fuerte que defienda un maltrecho bienestar.

Esta pandemia es una oportunidad social para el cambio de mentalidad de la España de antes de la COVID-19. Pero de momento solo apreciamos personas, empresarios, actividades, etc., que quieren volver a su normalidad de antes.

Si no hay un cambio individual, no habrá uno colectivo, y correremos el riesgo de que esta situación social sin ayuda de Europa nos acabe llevando de nuevo a las ideologías totalitarias como forma de protesta que no ve más allá de la bandera.

Necesitamos en estos momentos cruciales una Europa solidaria, que ayude a un Estado de Bienestar Social como es España, en sus problemas económicos derivados del coronavirus.

La nueva normalidad será temporal, habrá que esperar a una vacuna para la COVID-19, o a un tratamiento efectivo para toda la población, y esto requiere de un gran esfuerzo por parte de todos, de los ciudadanos, de los empresarios, de las Administraciones Públicas y de la Unión Europea, a riesgo de producir no una recesión económica, sino una crisis estructural y social y una ruina democrática con una ultraderecha en el poder.

Solo cabe una posibilidad, este virus lo paramos unidos, pararemos juntos el virus COVID-19, el virus de la crisis económica y social, y el virus antidemocrático de la derecha y ultraderecha; para poder recuperar la vida cotidiana y la actividad económica protegiendo la salud y la vida de las personas.

Como decía Henry Ford: “Unirse es el comienzo; estar juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito".

La nueva normalidad