jueves. 28.03.2024

La mala educación

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Durante el franquismo, el sistema político totalitario hizo de la educación un pilar fundamental para controlar a la población

Por Mariola Marrero | Utilizo el título de una gran película de Pedro Almodóvar para ésta reflexión sobre la deriva que ocasiona la mala educación, la manipulación de ésta y el adoctrinamiento.

Durante el franquismo, el sistema político totalitario hizo de la educación un pilar fundamental para controlar a la población. La educación era entregada entonces a la Iglesia Católica con la religión como asignatura obligatoria, la asignatura llamada Formación del Espíritu Nacional y la Historia como arma política del gobierno donde los manuales y enciclopedias utilizados mostraban la interpretación oficial del régimen y que confirmaba el hecho de que el franquismo sobrevivió gracias al adoctrinamiento ideológico y social, no hay duda.

Yo sólo viví la última etapa del franquismo y recuerdo como rezábamos el “Jesusito de mi vida…” y cuando de repente aparecían unos señores con batas y nos vacunaban sin conocimiento ni consentimiento de nuestros padres. Luego al entrar en la universidad me di cuenta que la historia que yo había aprendido a base de golpes de reglas de madera y collejas estaba un tanto manipulada y había incluso obviado regiones enteras.

Desde luego no estoy a favor de que hoy día los alumnos tengan que aprender de esa forma, como yo, la lista completa de los reyes visigodos, la Casa de los Austria y los Borbones pero, preguntándole a un adolescente por los Reyes Católicos o Franco me ha dado qué pensar. ¿De verdad estamos formando a los jóvenes para el mañana? ¿Sin conocer el pasado? ¿Es posible?

Está bien claro que en España no se ha sabido transmitir a los estudiantes de generaciones enteras como se desarrolló el golpe de estado que acabó con una democracia que, si bien no era perfecta, era mejor que lo que vino. Un alzamiento militar, una guerra civil y una dictadura de casi 40 años. Nunca se explicó muy bien lo que significó para ambos bandos la guerra o la posguerra.

Tampoco nadie les ha contado a estos jóvenes la importancia de una transición que dejó en el parlamento a los dictadores del anterior régimen sentados junto a los que se habían tenido que marchar del país al perder dicha guerra.

Una transición que, a pesar de no ser perfecta, nos ha permitido una paz y estabilidad que nunca se había disfrutado.

Los libros de texto sobre la historia de España apenas se abren en las aulas, no es una asignatura apetecible y hasta se cree, inútil pero… ¿Quién dijo “Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla?”.

El conocimiento de la Historia es fundamental para la base de la futura ideología y deriva de nuestro carácter, no solo es cultura añadida a nuestro saber, es la certeza de que cuando alguien nos relata algo, podemos tener la capacidad de discernir entre la verdad y la manipulación. Si nada sabemos, estamos a merced de tener que creer el cuento de otro y, así, no tendremos las herramientas para defender la verdad.

He ahí muchas respuestas a problemas de ahora.

Algo que en Cataluña se ha hecho bien por parte de sus gobernantes nacionalistas estos últimos 30 años. Contar una historia en las aulas que nos ha traído al gran problema de este país y que no va a terminar en años hasta que pasen al menos dos generaciones manipuladas por el gobierno, los medios en manos de éste y una historia que no fue.

Justiniano Martínez, sindicalista, ex Secretario Gral. Del Partido Comunista de España y con varios cargos institucionales hablaba hace unos días sobre el gran error que se cometió en este país en los primeros años de democracia, y los 14 años de gobierno socialista perdidos por no explicar qué fue el franquismo y como se llegó aquí. Por no contar a los jóvenes la historia reciente real del país.

Si gobiernos españoles en democracia cometieron culpa in vigilando, dando plena libertad y confianza a los currículos educativos autonómicos, si no se ha dado valor a lo conseguido por todo un pueblo. Si la verdad de ambas partes no se relata…

Recientemente, Mariano Rajoy, ha defendido en el parlamento que los alumnos aprendan en las aulas los valores de las Fuerzas Armadas y su misión de garantizar la libertad y democracia en España. ¿Eso sería adoctrinamiento o conocimiento útil para defender un sistema?

¿Por qué cada vez que entra un color diferente en el Gobierno de la Nación se cambia el plan de educación si después cada comunidad autónoma hace y deshace sin auditoría ni supervisión del Gobierno Central? ¿No favorece el adoctrinamiento nacionalista?

¿Por qué nos empeñamos en aplicar sistemas educativos que no han tenido éxito en otros países? ¿Por qué cuesta tanto poner de acuerdo a gobierno, profesores, padres y alumnos? ¿Porque no copiamos lo que podamos del sistema finlandés si es el mejor según el informe PISA??

Y esta es mi reflexión final; Sigo reivindicando que es necesario el conocimiento de asignaturas como Historia y Filosofía porque nos enseñan a pensar por nosotros mismos y nos previenen de ser simples borregos comandados por unos pocos pastores y, sobre todo, de  la mala educación.

La mala educación