jueves. 28.03.2024

Juego de maniobras

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Pedro Sánchez, durante su comparecencia en La Moncloa para anunciar los cambios en el Gobierno.

Por David Buxens Escorihuela | Este fin de semana hemos asistido a días de intensa actividad política, días que han supuesto una profunda, y a mi juicio, necesaria remodelación del ejecutivo nacional. A muchos nos ha cogido este suceso a contrapié, lo cierto es que venimos de dos legislaturas y tres años trepidantes, pero sin espacio para tomar aliento.

Todo lo anterior es consecuencia de algo que empezó a gestarse con la candidatura y posterior victoria en Primarias del actual Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, quién desde su atalaya de la Secretaría General del PSOE y, ante la evidencia de financiación ilegal del partido gobernante en aquel momento, el Partido Popular, arrastrado por la corrupción y los anhelos de medrar de una camarilla de empresarios sin escrúpulos que dio en algo que parecía imposible, el acceso al Gobierno en minoría del PSOE con sólo 84 diputados y la necesidad de llegar a acuerdos con una gran cantidad de partidos tras la moción de censura de 2018 fueron los componentes indispensables, junto con un poco de suerte, para que pudiera acceder al poder. Simplemente añadir que previa a la moción presentada por el PSOE, hubo una anterior presentada por Unidas Podemos y que significó un fracaso en el intento de protagonismo de su líder, Pablo Iglesias.

Pero conviene echar un momento la vista atrás. Durante este periplo que duró desde el nombramiento de Pedro Sánchez tras la moción de censura hasta la disolución de las Cámaras poco después de un año desde el inicio de legislatura, asistimos a la declaración de intenciones de lo que pretendía el eurosocialismo evolucionado, un Gobierno con una amplia representación de mujeres válidas y muy eficientes que sorprendió a Europa y permitió un avance socialista en países como Dinamarca o Finlandia. Finalmente, comento 2 aspectos fundamentales, es en esta corta legislatura donde se asientan las bases de reformas profundas y necesarias como la Ley de Eutanasia, la Ley de Mecenazgo y el Estatuto del Artista o La Derogación de la Reforma Laboral aún hoy pendiente de reestructuración. Como la mayoría recuerda, esta legislatura concluye por la no adhesión a la aprobación del Presupuesto General por parte de un socio que sí posibilitó la investidura de Pedro Sánchez tras ayudar a ganar la moción de censura.

Y llegaron nuevos comicios que arrojaron como resultado una fuerte recuperación de los socialistas, un profundo estancamiento de Unidas Podemos, una fuerte caída del PP y de Ciudadanos, que el independentismo catalán siguiera mostrando músculo y la irrupción de los reaccionarios de ultraderecha tradicionalista encarnados por VOX, en franca pugna con el PP. Esta situación de riesgo para el progresismo español exigía un acuerdo por la izquierda ante la incertidumbre y el posible colapso de unas nuevas elecciones. Y hubo acuerdo, y con él nuevo Gobierno, el primero de Coalición desde la restitución democrática.

La actual legislatura no ha sido cómoda para ninguno de los dos socios de Gobierno, los socialistas porque han tenido que ceder hasta 5 ministerios a Unidas Podemos y sus confluencias y hacer vicepresidente a un personaje tan inestable y tumultuoso como Pablo Iglesias, quién no desaprovechaba la ocasión para desacreditar a sus socios a cada ocasión. La formación morada tuvo que claudicar en sus pretensiones iniciales y dejar de ser el interlocutor válido para desencallar el contencioso con Cataluña. Además, el Gobierno de Coalición ha tenido que lidiar con la gestión de la Pandemia producida por el SARS-Cov2, gestión a mi juicio brillante de dos ministros infatigables como son Salvador Illa y Carolina Darias. La concesión de los indultos a los políticos procesistas encarcelados supone también una distensión respecto a una Generalitat que ha cambiado de interlocutor principal, ahora es ERC quién ocupa la Presidencia , sin que cambie el signo de la coalición al no ser capaces de prescindir de la ultraderecha carlista neoconvergente. En cuanto al Gobierno Central, decir que el foco de las discrepancias entre socialistas y Unidas Podemos, gira en torno a 2 aspectos, la redacción de la nueva Ley de Alquiler y la Ley Trans.

Concluyo comentando que a mitad de legislatura se dan las mociones de censura en algunas Comunidades Autonómas gobernadas por el PP, como son Murcia y Madrid. En esta última, su Presidenta, Isabel Díaz Ayuso convoca elecciones sin esperar los resultados de la moción y obtiene unos magníficos resultados una vez más a costa de Ciudadanos que, cada vez pinta más que deberán liquidar su partido o integrarse en otra formación conservadora, el estancamiento de los socialistas madrileños, el avance de Más Madrid y la resistencia de Unidas Podemos, que pierde su incuestionable líder de los últimos años, Pablo Iglesias, a quién parece que va a tomar el relevo Ione Belarra.

Por todo lo anteriormente mencionado, hacía falta una profunda remodelación, sin que ello sea causa exclusiva de una crisis de Gobierno. Más bien responde a una triple intencionalidad: búsqueda de referentes jóvenes que tengan tirón en votantes de izquierdas no tan veteranos, poner las bases de una solución en clave federal para toda España que responda al posible trumpismo de Díaz Ayuso en caso de sustitución del desbordado e irrelevante Pablo Casado y, por último, poner el foco en la gestión municipal, que sin duda nos ha evitado que las crisis del presente siglo hayan sido más profundas de lo que finalmente fueron. Del perfil de los y las nuevas ministros/as estoy seguro que nos iluminará la siempre lúcida palabra de mi buen amigo Mario Regidor así como de su importancia a nivel municipal. Suerte y aciertos al remodelado Gobierno, y a ti, amigo lector, desearte unas felices vacaciones.

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