sábado. 20.04.2024

Por una igualdad libre de etiquetas

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Por Juan Tejera | En los tiempos actuales, el etiquetar cualquier comportamiento parece el deporte nacional, por ello soy partidario de menos etiquetas y más respeto.

Hay quienes confunden la cortesía o buenos modales de educación, si lo practica un hombre, con posiciones machistas y de ello le tildan.

En el otro extremo del feminismo, una cuestión es que no haya diferencias en derechos en los diferentes sexos u otras opciones, sino que se crean con derecho a silenciar a los varones que defiendan esos mismos derechos.

Parece que recientemente que hay mayor sensibilidad en los partidos políticos, legislando en relación con los permisos de maternidad y paternidad

La calificación de machista parece más adecuada para aquellos varones que agreden a la mujer, tanto física como psicológicamente. El problema de las etiquetas es la sensación de que parece que se está utilizando tanto en negativo como en positivo. Muchos hombres se declaran feministas, término que el último fin es la igualdad en derechos aunque suene un poco raro.

El hombre y la mujer físicamente son diferentes, pero la mujer con una pequeña aportación del varón tiene el privilegio de dar a luz nuevas vidas, por ello lo de la igualdad, me parece adecuado como punto de partida, pero se queda corto, sino se complementa con otras medidas de discriminación positiva en favor de la mujer, en relación con la familia. Afortunadamente, parece que recientemente que hay mayor sensibilidad en los partidos políticos, legislando en relación con los permisos de maternidad y paternidad.

La baja tasa de fertilidad de la mujer en España, 1,34 en 2018 (media europea 1,60) es motivo más que suficiente para proponer medidas de fomento las políticas de protección e incremento de la familia, dado que la media de los primeros hijos en la mujer española está por encima de los 30 años mientras que la europea está en 29. La tasa ideal para mantener en el futuro el mismo nivel de población se estima en el 2,20, solamente alcanzado por la mujer inmigrante de procedencia africana.    

Por lo expuesto, entiendo que en lugar de estar perdiendo el tiempo en etiquetar a las personas, mejor crear un clima favorable al entendimiento entre todas personas independientemente de su sexo o de la opción que hayan elegido ya que, todas, merecen ser respetadas pero que no se considere un privilegio individual sino que a su vez también lo practiquen hacia los demás.

Por una igualdad libre de etiquetas