sábado. 20.04.2024

Porqué apoyo a Podemos

Este domingo habrá elecciones que pueden tener un gran impacto en el bienestar y calidad de vida de la ciudadanía.

Este domingo habrá elecciones a lo largo del territorio español que pueden tener un gran impacto en el bienestar y calidad de vida de la ciudadanía, y muy en especial de las clases populares de este país. Podría ser el inicio de un cambio profundo que la enormemente limitada democracia española necesita urgentemente. De ahí que el lector me permitirá que escriba una nota muy personal para explicar mi apoyo a una formación política.

Procedo de una familia republicana, represaliada por la dictadura, habiendo participado en la resistencia antifascista dentro y fuera de España, cuando inicié mi exilio en 1962, que terminó al integrarme de nuevo a la vida académica de este país, tras trabajar en Suecia, Gran Bretaña y EEUU.

Una de las impresiones más negativos que saqué cuando volví del exilio fue la percepción generalizada, promovida por el establishment político-mediático del país, que el Estado español había vivido una Transición, presentada como modélica, de una dictadura ultraderechista a una democracia que se consideraba homologable a cualquier otra democracia europea. Escribí un libro, Bienestar Insuficiente. Democracia Incompleta: de lo que no se habla en nuestro país, en el que critiqué esta versión idealizada de la Transición que originó una gran animosidad por los diseñadores de la sabiduría convencional reproducida en los mayores medios de información y persuasión, mayores promotores de la supuesta ejemplaridad de la Transición.

Mi crítica no era, en aquel momento, hacia como se había hecho la Transición, pues era probable que no hubiera habido otra manera de hacerla. Pero lo que criticaba fue la definición de aquel proceso como modélico, pues era obvio que no lo había sido había sido un proceso enormemente desequilibrado, en el que en un lado estaban las derechas controlando todos los aparatos del Estado y los mayores medios de información, y en el otro lado, las izquierdas, que habían liderado las fuerzas democráticas que acababan de salir de la clandestinidad, o de salir de la cárcel, o de volver del exilio. Es imposible que el producto de tal desequilibro fuera un proceso y un producto modélico. Las enormes insuficiencias de la democracia española, con uno de los Estados del Bienestar más retrasados de Europa, eran resultado de aquel dominio de las derechas.

Ni que decir tiene que ocurrieron cambios sustanciales en la época democrática (estimulados primordialmente por las izquierdas gobernantes), sobre todo en las áreas sociales. Pero todas ellas tuvieron lugar dentro de un Estado controlado por las derechas, a las cuales se integró la socialdemocracia española, como fuerza menor dentro del Estado, que reprodujo un bipartidismo, facilitado por una ley electoral poco representativa, que ha gobernado España. El carácter escasamente democrático de este Estado bipartidista y el claro dominio de este Estado por los intereses financieros y económicos, ha aparecido con plena claridad en el momento de mayor crisis financiera y económica que este país haya visto desde hace cuarenta años, crisis que han mostrado con toda crudeza los mayores defectos, muy bien definidos por el mayor movimiento postdemocrático que España hubiera visto en el periodo democrático: el movimiento 15M. Sus eslóganes “no nos representan”, “le llaman democracia pero no lo es”, o “no hay pan para tanto chorizo”, se convirtieron en eslóganes altamente populares y muy en especial entre las clases populares.

Se nos dice constantemente que no hay alternativas

La dureza de las políticas llevadas a cabo por el establishment político (y promovido por el establishment mediático) instrumentalizado por los establishments financieros  y económicos, era justificada bajo el argumento de que no había otras alternativas. Este mensaje se repetía machaconamente mil veces al día, en los medios. Pero sí que había alternativas. Juan Torres (y su discípulo Alberto Garzón) y yo, escribimos el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, mostrando con datos que sí que había alternativas. El Sr. Zapatero habría conseguido más dinero revirtiendo su bajada de impuestos de propiedades (VOLS DIR “impuestos de Sociedades”??) (2.500 millones de euros o de Sucesiones (2.200 millones) que congelando las pensiones (1.500 millones). Y más tarde el Sr. Rajoy habría conseguido más dinero (6.000 millones revirtiendo la bajada de impuestos de las grandes empresas que facturan más de 140 millones de euros al año (que representan el 0.12% de todas las empresas) que cortando 6.000 millones de la sanidad pública española.

Me alegró enormemente ver que el 15-M cogió nuestro libro como su guía, mostrándolo en sus manifestaciones. Fue el 15-M el que claramente mostró la farsa de que no había alternativas. Las políticas del Estado reflejan la influencia ejercida por los grupos más poderosos del país. De ahí la necesidad de que cambiara profundamente la naturaleza de tales manifestaciones, democratizando el escasamente democrático Estado español. La demanda de una democracia real era revolucionaria y profundamente subversiva, amenazante a un estamento que se perpetuaba en el poder argumentando que estaban allí con sus privilegios, resultado de proceso democrático. Mostrar la falsedad de tales premisas era profundamente amenazante. Y la respuesta unánime fue la de una enorme hostilidad.

Y que se acentúa con la aparición de un movimiento político social de rechazo hacia este establishment (definido como casta) que fue canalizado por un nuevo Partido, Podemos. Es este movimiento de rechazo, no solo a las políticas de austeridad, sino hacia este Estado (por ser tan poco democrático), acompañado de propuestas alternativas, lo que significó la mayor amenaza a la reproducción de su poder. El hecho de que en poco más de un año este movimiento haya alcanzado la extensión y profundidad existentes es un ejemplo de este enorme rechazo, el cual se canaliza de momento a través del Partido Podemos. Es de desear que tal Partido esté a la altura del movimiento histórico que vivimos. Que haya otras fuerzas políticas –como IU- que han realizado una labor muy positiva, es de justicia señalarlo y aplaudirlo, y les deseo con toda intensidad que crezcan y se sumen a este movimiento general.

Pero el Partido que canaliza mayor hostilidad por la estructura de poder, es hoy Podemos. El nivel de agresividad ha sido y continúa siendo enorme. Hoy, no ya el adversario, sino el enemigo número uno de los establishments financieros, económicos, políticos y mediáticos, es Podemos. El argumento de que eran utópicos, bolivarianos, y una larga lista de epítetos, ahora se añade el de haberse moderado.

¿Dónde está la moderación?

Esta es una mera crítica (un tanto sorprendente, pues de ser cierto, el establishment debería celebrarlo, cuando parece ser lo contrario) facilitada por declaraciones malinterpretadas de algunos de sus dirigentes como moderación implica que antes eran muy radicales y ahora lo son menos. Veamos, pues, este antes y el después.

El primer programa que se conoce es el documento “Un proyecto económico para la gente”. En él Juan Torres y yo sugerimos las líneas generales, con muchas propuestas, documento que inició un debate. El documento para las autonomías encaja perfectamente con aquel documento. ¿Dónde está la moderación?

Se dice que la moderación fue el paso de las europeas a las españolas. Pero unas propuestas a nivel de Europa serán por definición distintas –ni más radicales, ni más moderadas- que las propuestas para España. España está mucho más retrasada y por lo tanto, las propuestas serán diferentes. Ahora bien, que no haya habido moderación no quiere decir que los medios no continúen utilizando el argumento, como continúan utilizando el de bolivariano.

Porqué apoyo a Podemos