viernes. 29.03.2024

Lo que se ha ocultado detrás del conflicto de banderas: la borbónica y la independentista

bandera

En España y en Catalunya el gran tema de sus establishments político-mediáticos es el tema interterritorial (también llamado nacional), que lo absorbe prácticamente todo. Tal tema centra la vida parlamentaria tanto en las Cortes Generales españolas como en el Parlament de Catalunya, así como en los mayores medios de información del país. Si se analiza, sin embargo, cuáles son los problemas reales de la gente normal y corriente, se ve fácilmente que los temas que les preocupan son otros. Y uno de los más importantes es el deterioro de la calidad de vida y bienestar de la mayoría de la población, que se ha ido produciendo en los últimos diez años como parte de lo que se conoce como la Gran Recesión, y que lejos de haber desaparecido continúa golpeando a las clases populares de una manera muy marcada. Pero no toda la población está sufriendo igual. En realidad, a algunos sectores les ha ido pero que muy bien durante tal período. Veamos los datos.

¿Cómo ha evolucionado la distribución de las rentas en España, incluyendo Catalunya?

Un indicador valioso para definir a quién le va bien y a quién no le va bien es la distribución de las rentas en el país. Y mirando esa distribución se puede ver que las rentas del trabajo (el dinero que la gente recibe del trabajo que realiza, predominantemente a través de los salarios) en España, incluyendo Catalunya, han ido bajando y bajando durante los años de la Gran Recesión, mientras que las rentas del capital (es decir, el dinero que los ricos y superricos obtienen de la propiedad de los bienes que generan renta, como por ejemplo acciones en el banco) han ido subiendo y subiendo durante el mismo periodo. Las primeras rentas -las del trabajo- han pasado de representar el 50,1% de todas las rentas en 2008 (primer año de la crisis) a un 47,3% en 2017, y en Catalunya han descendido incluso más, pasando de un 50,1% a un 45,9% durante el mismo periodo. Este descenso contrasta con lo que ha ocurrido en el promedio de la Unión Europea de los Quince (UE-15), que es el grupo de la UE que tiene mayor nivel de desarrollo económico. En esta comunidad -de la que formamos parte- las rentas del trabajo han subido ligeramente en vez de bajar, pasando de representar un 47,9% a un 48% durante el mismo período 2008-2017.

Este descenso de las rentas del trabajo ha ocurrido en España a la vez que hemos visto un incremento de las rentas del capital (de los superricos y ricos), que han pasado de representar un 41,7% de todas las rentas en 2008 a un 42,4% en 2017, incremento que en Catalunya ha sido incluso mayor, pasando de un 42,1% a un 44,5% durante el mismo período. En el promedio de la UE-15, por el contrario, las rentas del capital descendieron, en lugar de subir como en España, pasando de un 40,9% a un 40,1% en el período 2008-2017.

¿Qué ha causado esta redistribución de las rentas de abajo hacia arriba?

Varias son las causas de lo que acabo de describir. Pero una de las más importantes fue la aplicación de las políticas públicas neoliberales llevadas a cabo por los gobiernos españoles y catalanes durante el período 2009-2017, tales como las reformas laborales (que han empoderado al mundo empresarial a costa del mundo del trabajo), las reformas fiscales (que han favorecido a las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo) y las políticas de austeridad (que han dañado especialmente a las clases populares al reducirse los servicios públicos como la sanidad, la educación y otros a costa de favorecer a los servicios privados utilizados por la gente con más dinero). Tales políticas fueron impuestas a la población (y digo impuestas pues no estaban en sus programas electorales) por los gobiernos españoles (el gobierno Zapatero del PSOE primero -2004/2010- y el gobierno Rajoy del Partido Popular después -2010/2018, y desde el 2015 con el apoyo de Ciudadanos-) y por los gobiernos catalanes (el gobierno Mas de Convergència i Unió desde 2010 a 2012, y con el apoyo de ERC de 2012 a 2015, seguido del gobierno Puigdemont –también de Convergència, que gobernó en alianza con ERC y con el apoyo de la CUP– durante el periodo 2015-2017).

Los equipos económicos del gobierno Zapatero eran de orientación neoliberal, siendo Jordi Sevilla el mayor ideólogo de aquel gobierno en áreas económicas (en el libro De nuevo socialismo, del mismo Jordi Sevilla, este se preguntaba si “alguien puede defender a estas alturas del siglo que un programa socialdemócrata debe ir a favor de más impuestos y más gasto público”), dicho en uno de los países que tiene uno de los gastos públicos y los ingresos más bajos de la UE-15. La sensibilidad neoliberal del gobierno español fue incluso más acentuada en el gobierno Rajoy. Y en Catalunya los equipos económicos del gobierno Mas primero, y de Puigdemont después, fueron claramente de orientación neoliberal, muy inspirados por uno de los economistas más ultraliberales de Catalunya, el Sr. Sala i Martín, uno de los principales consejeros de Davos, el Vaticano del pensamiento ultraliberal hoy en el mundo, y el gurú de TV3, la televisión pública controlada abusivamente por el gobierno independentista convergente. Tal ideología neoliberal ha estado presente en todas las consejerías del gobierno catalán, incluyendo en sanidad, cuyo consejero, Boi Ruíz (que había sido el jefe de la patronal sanitaria privada), privatizó masivamente la sanidad catalana (entre 2010 y 2016, cuando fue conceller de Salud). En coherencia con su ultraliberalismo, el gobierno catalán de Convergència fue uno de los gobiernos autonómicos en España (y en la UE-15) que hizo mayores recortes en los servicios públicos del Estado del Bienestar. Durante el período del gobierno convergente de Mas (2010-2015), y después, durante el gobierno independentista presidido por Puigdemont 2015-2017 (liderado por Convergència, con el apoyo de ERC dentro, y de la CUP fuera), el gasto público social de la Generalitat de Catalunya descendió un 11% (entre 2010 y 2017). En sanidad, el gasto sanitario pasó de representar un 5,8% del PIB en 2009 a un 5,2% en 2014. En España pasó del 6,8% al 6,4% en el mismo período. En educación pasó del 3,64% a un 3,60% (en España, de un 4,34% a un 4,15%). Y así un largo etcétera.

Si analizamos estos recortes desde el punto de vista del presupuesto de la Generalitat dentro de ese periodo 2010-2017 (gobernada primero por Mas y después por Puigdemont), el gasto público sanitario cayó un 10,4%, el educativo un 9,9%, el de vivienda un 50,6%, el de protección social un 7,1%, el de promoción social un 31% y así otro largo etcétera. Como ya hemos indicado, los recortes en España fueron de los más acentuados de la UE-15, y dentro de España, Catalunya fue la comunidad autónoma que tuvo mayores recortes.

Y, ¿cómo puede ser que tales gobiernos neoliberales continuaran gobernando durante tanto tiempo (y en Catalunya continúen gobernando)?

Una respuesta a esta pregunta es que el gobierno del PP en España y el gobierno independentista liderado por Convergència (que tienen a su disposición enormes aparatos de información y persuasión) han promovido la percepción de que la economía se ha recuperado y hemos salido ya de tal recesión. Los testarudos datos, sin embargo, cuestionan esta percepción. En realidad la tasa de paro en 2017 era un 110% mayor que en 2007; el porcentaje de personas en paro de larga duración era un 353% más grande; el porcentaje de trabajadores con salarios bajos (que cobran un 33% del salario medio por trabajador) era un 24% más elevado en el caso de personas solteras sin hijos. Y así un largo etcétera. En realidad la tasa de riesgo de pobreza es hoy tanto en España (22%) como en Catalunya (19%) uno de los más altos de la UE-15 (16%). Y un tanto igual ocurre en cuanto a la pobreza infantil (25% en Catalunya y 31% en España).

Otros indicadores detrás de los cuales hay también un enorme sacrificio, dolor y malestar son las tasas de ocupación (gente que se encuentra sin trabajo) entre los jóvenes, de nuevo de las más bajas de la UE-15 (24% en Catalunya y 18% en España, mientras que en la UE-15 es de un 35%). Un tanto igual para las tasas de ocupación de las mujeres y de los hombres en general, siendo entre las primeras más bajo que entre los hombres. Todos estos datos atestiguan la falsedad de que España y Catalunya hayan recuperado los niveles de bienestar económico que existían antes de la crisis.

El enorme poder de los establishments político-mediáticos de España y Catalunya

Una de las causas de la continuidad de tales fuerzas políticas en el gobierno es su capacidad de desviar la atención política y mediática de la crisis social a la crisis interterritorial. La crisis social mostrada en este artículo está ocultada detrás del GRAN TEMA: EL INTERTERRITORIAL, que lo esconde todo. Un ejemplo de ello es lo ocurrido en los pasados días. La gran noticia de la semana es que el candidato vencedor en las primarias para escoger la presidencia del PP (el partido más de derechas en España, que en el espectro político europeo es la ultraderecha) ha sido el Sr. Pablo Casado. Pero lo que no se ha dicho es que su principal asesor económico es Daniel Lacalle, que en política fiscal está incluso más a la derecha que el presidente Trump de EEUU. Su intención es reducir todavía más el sector público (uno de los más subdesarrollados en infrafinanciados de la UE-15), incluyendo los servicios públicos como, entre otros, la sanidad, la educación y la vivienda social, y las transferencias públicas -como las pensiones-, privatizándolas lo máximo posible, junto con enormes bajadas de impuestos que beneficiarían en su mayoría a las rentas superiores. El pensamiento de tal economista es casi idéntico al sostenido por Sala i Martín, citado ya antes en el artículo, que ha sido el gurú de Convergència, y cuya portavoz es la economista Elsa Artadi, que ha sido traductora de sus libros. Es el gran triunfo del ultraneoliberalismo, ambos, insisto, más a la derecha que el equipo económico del presidente Trump. Mientras, en el último congreso de Convergència (ahora llamado PDeCAT) dos de las personas más aclamadas fueron el expresidente Mas y también el Sr. Puigdemont, ambos responsables de la aplicación de las políticas que han hecho tanto daño a las clases populares catalanas. Naturalmente que el aplauso no era por la aplicación de tales políticas. Tal como también ocurrió en el último congreso del PP, el aplauso a Casado y, en Convergència, a Mas y Puigdemont era por su nacionalismo extremo, que está dominando la vida política de este país, y cuyo conflicto de banderas está creando gran número de tensiones, con las cuales se ocultan otras realidades, y muy en especial, la gran crisis social creada precisamente por aquellos “superpatriotas” que hoy enarbolan con mayor frecuencia las banderas de los dos bandos nacionalistas del país: el borbónico y el independentista. Un caso claro de cómo el conflicto de banderas está ocultando y sustituyendo el conflicto entre las clases populares por un lado, y los de arriba de siempre por el otro, una lucha que continúa vigente en este país. Así de claro.


Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universitat Pompeu Fabra

Lo que se ha ocultado detrás del conflicto de banderas: la borbónica y la independentista