jueves. 28.03.2024

Viernes sociales versus viernes de dolores

magdalena valerio
La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, en una rueda prensa posterior al Consejo de Ministros.

El PP haría bien en recordar sus conocidos como viernes de “dolores” cuando aprobaba los recortes sociales y contrarreformas laborales y de pensiones mediante RDL, vulnerando el diálogo social y despreciando el consenso político

El Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 fue rechazado por las derechas al igual que por los independentistas, lo que delata que ambos se guían por sus intereses partidistas frente a los intereses generales. El acuerdo presupuestario suscrito por el Gobierno socialista con Unidos Podemos y sus confluencias tenía entre sus objetivos revertir las políticas de austeridad y los recortes, con medidas orientadas a impulsar la inversión en la actividad productiva, las infraestructuras físicas y tecnológicas, los servicios públicos, restituir los derechos sociales y laborales y potenciar las políticas sociales para que la recuperación económica llegase al conjunto de la sociedad, especialmente a las personas más vulnerables. Todo ello basado en el impulso de un crecimiento justo y sostenible sustentado en aumentar los ingresos públicos, con una fiscalidad más equitativa que garantice la suficiencia a las políticas públicas. Este rechazo obligó al presidente del Gobierno a convocar Elecciones Generales y, por lo tanto, a disolver las Cámaras.

Por ello, el Gobierno socialista, para cumplir con sus deberes con la ciudadanía, se ha visto obligado a promulgar varias iniciativas dirigidas a restablecer los derechos sociales que fueron arrebatados por el Partido Popular (PP) a partir de 2012 con el pretexto de la crisis económica con las medidas de ajustes y recortes impuestas de forma autoritaria. El Consejo de Ministros viene aprobando diferentes medidas urgentes a través de la figura del Real Decreto Ley (RDL). Entre otras materias aprobadas, son de resaltar las siguientes: la revalorización de las pensiones con el IPC y el incremento en un 3% de las mínimas; recuperar la sanidad universal; la reversión de los recortes en educación y dependencia; facilitar el alquiler de viviendas; potenciar el empleo de calidad y los salarios dignos de los empleados públicos; mejorar las prestaciones y el sistema de cotizaciones de los trabajadores autónomos; combatir la pobreza infantil o mejorar la ley hipotecaria.

También se ha aprobado de forma urgente un potente paquete de medidas para garantizar la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres en el empleo y la ocupación, como la ampliación del permiso de paternidad; diferentes disposiciones para impulsar la lucha contra la violencia de género; ampliar el sistema de Garantía Juvenil y obligar a las empresas a registrar la jornada laboral de sus trabajadores.

Otra medida relevante adoptada por el Gobierno socialista en este periodo es la subida de un 22% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), fijándolo en 900 euros mensuales por catorce pagas en 2019, que beneficia a los trabajadores sin convenio colectivo de aplicación y fundamentalmente a jóvenes y mujeres, y supone acercarse de forma importante al 60% del salario medio como establece la Carta Social Europea. También se deben citar medidas en relación con la lucha contra la precariedad y la explotación laboral, como el Plan Director por el Empleo Digno, o para reducir el desempleo juvenil con el Plan de Choque para el Empleo Joven.

Ante estas iniciativas que benefician a las mujeres, los jóvenes, pensionistas, los trabajadores ocupados o desempleados y a una gran mayoría de las familias, la reacción del PP y Ciudadanos (Cs) ha sido acusar, de forma deleznable e injustificada, al Gobierno socialista de todo tipo de prácticas fraudulentas y antidemocráticas, llegando a acusar al Consejo de Ministros de haber convertido la presentación de la medidas aprobadas los viernes, la mayoría de componente social, en actos electorales. El PP presentó una denuncia en ese sentido ante la Junta Electoral Central que, por cierto, les ha desautorizado.   

A lo largo de la XII Legislatura, el PP y Cs, con su mayoría en la Mesa del Congreso, han sometido a los Proyectos y Proposiciones de Ley, más de cincuenta, presentados por el Gobierno socialista o por los otros grupos parlamentarios a un bloqueo sistemático, mediante la prórroga de forma abusiva de los periodos de enmienda. Así ha ocurrido igualmente con la Iniciativa Legislativa Popular de CCOO y UGT para instaurar una prestación de Ingresos Mínimos a las personas desempleadas sin recursos económicos.

A la vez, ambas fuerzas de la derecha no tienen ningún tipo de rubor de instrumentalizar partidariamente las instituciones públicas, como viene haciendo la Presidenta del Congreso con su flagrante obstrucción de la labor parlamentaria de los grupos: ahora quiere boicotear que la Diputación Permanente del Congreso ejerza las funciones que tiene atribuidas por ley, como es la de convalidar los Reales Decretos Leyes aprobados por el Consejo de Ministros para recuperar los derechos sociales, impulsar la igualdad y la cohesión social cuando, según los servicios jurídicos de la propia Cámara y también muchos expertos, el Gobierno está plenamente legitimado para utilizar la vía de los Reales Decretos Leyes.

El PP haría bien en recordar sus conocidos como viernes de “dolores” cuando aprobaba los recortes sociales y contrarreformas laborales y de pensiones mediante RDL, vulnerando el diálogo social y despreciando el consenso político.Las medidas de urgente necesidad que viene adoptando el Gobierno socialistalos viernes, en el Consejo de Ministros, son completamentediferentesen relación con las tomadas por los gobiernos del PP. De hecho, son diametralmente opuestas: en el PP utilizaban los RDL para recortar derechos a las clases trabajadoras y el PSOE utiliza esa vía, por obligación legal, para reponer de forma urgente derechos sociales.

La reforma laboral del 2012 y sus desarrollos, junto con las políticas económicas y sociales aplicadas por los gobiernos del PP, han originado que la recuperación económica y la creación de empleo se basen masivamente en la precariedad y los bajos salarios y han provocado el aumento de las desigualdades y la pobreza laboral. Para los socialistas, la derogación de la reforma laboral es necesaria, pues sus medidas autoritarias y lesivas para los derechos de los trabajadores son un freno para el desarrollo económico y el progreso social.

En el dialogo social, y también en el acuerdo alcanzado para los PGE entre el Gobierno socialista y Unidos Podemos y sus confluencias, se han venido tratando las materias de la reforma laboral que se querían derogar de forma urgente que son, entre otras, la supresión de la ultra-actividad de los convenios colectivos; mejorar la regulación de las contratas y subcontratas; la recuperación de la prevalencia de los convenios sectoriales; la obligación empresarial del registro diario de la jornada de trabajo o medidas para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres. La falta de tiempo, el veto de las organizaciones empresariales y la relación de fuerzas parlamentarias son los argumentos que han impedido, hasta ahora, culminar su tramitación para recuperar estos derechos laborales.

Las medidas aprobadas y puestas en funcionamiento por el Gobierno del presidente Pedro Sánchez, en estos ocho meses trascurridos desde su toma de posesión, han sido decisivas para recuperar una parte importante, pero aún incompleta, de los derechos laborales y sociales suprimidos o recortados durante los cerca de siete años de gobiernos del PP. En el actual periodo, condicionado por los sucesivos procesos electorales, es necesario que todos los socialistas y progresistas junto con el conjunto de la izquierda, trabajemos para conseguir el respaldo de la mayoría social en las urnas para lograr la plena recuperación de los derechos laborales y sociales, con la construcción de nuevo Estatuto de los Trabajadores moderno y equilibrado, a través del dialogo social y el consenso político. Ante la amenaza de las políticas regresivas, desreguladoras e insolidarias que promulgan la derecha y la extrema derecha, es vital construir esa mayoría de progreso.

Viernes sociales versus viernes de dolores