jueves. 25.04.2024

Psicópatas

Diversos estudios médicos aseguran que los psicópatas son personas de carácter frio que no pueden empatizar con otras personas, ni sentir remordimiento por sus actos, aunque éstos sean inmorales. Para ellos, las personas son solo objeto que utilizar para conseguir sus propósitos.

Diversos estudios médicos aseguran que los psicópatas son personas de carácter frio que no pueden empatizar con otras personas, ni sentir remordimiento por sus actos, aunque éstos sean inmorales. Para ellos, las personas son solo objeto que utilizar para conseguir sus propósitos.

La falta de remordimientos radica en el desprecio que siente el psicópata hacia el otro; quitarle los atributos de persona para valorarlo como cosa es una de las principales características de la estructura mental de los psicópatas. En el Imperio Romano a los esclavos se les llamaba “herramientas habladoras”.

Aunque los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento sí tienen nociones sobre la mayoría de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas.

Los psicópatas tienen un marcado egocentrismo. Esto implica que el psicópata trabaja siempre para sí mismo por lo que si da en un momento determinado, es que espera recuperar esa inversión en el futuro.

Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, lo que los lleva a querer conseguir sus propósitos y para ello utiliza la “empatía utilitaria”, que consiste en la habilidad de captar la necesidad del otro y utilizarla para su propio beneficio; mirar en el interior del otro para saber sus debilidades y obrar en su beneficio, o para manipularle a su antojo.

Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como suele mostrarse en las películas. Un psicópata puede ser una persona simpática que, sin embargo, no duda en cometer un delito cuando le conviene sin sentir remordimientos; mintiendo, manipulando, haciendo daño, si es necesario, para conseguir sus objetivos

A efectos penales, hace mucho que se planteó el dilema sobre si una personalidad de este tipo es imputable, especialmente cuando se trata de una estructura psicótica. Se tiende a sostener que le corresponde punición, dado que la persona mantiene conciencia de sus actos y puede evitar cometerlos. En España la psicopatía no es atenuante de delito ante el tribunal. Esto quiere decir que tienen responsabilidad y plena culpa.

Según el doctor Robert Hare, investigador sobre psicología criminal, los criterios que definen a la personalidad psicopática pueden evaluarse mediante una lista de 20 características denominadas Psychopathy Checklist (PCL)

Señalo solo algunas:  Autoestima exagerada, tendencia a mentir de forma patológica, falta de culpa o de cualquier tipo de remordimiento, falta de empatía, crueldad e insensibilidad.

Robert Hare estima que un 1% de la población es psicópata. Otras estimaciones incluso llegan al 6%.

La seducción es la base que permite el acto psicopático y se produce mediante una transferencia bidireccional donde la propuesta del psicópata encuentra eco en las apetencias del otro. La personalidad psicopática tiene habilidad para captar las necesidades del otro y convencerle de que él le es necesario. En la seducción el psicópata necesita que el otro esté de acuerdo, para lo cual usa la persuasión y el encanto, por lo que es bidireccional; hay un consentimiento por parte de la otra persona. Pero existe otra relación donde el psicópata actúa unidireccionalmente mediante la violencia;  agresión que ejerce desde una posición de poder.

Históricamente, la psicopatía estuvo presente desde la Antigüedad, aunque el concepto es más reciente. En Babilonia ya aparece la preocupación por las personalidades anormales, que se separan de la conducta del resto, pero no entraban en las categorías de cuerdo o loco.

En 1835 J.C. Pritchard define la "locura moral", una forma de perturbación mental en que no parece haber una lesión en funcionamiento intelectual y cuya patología se manifiesta en el ámbito de los sentimientos, el temperamento o los hábitos.

El psiquiatra polaco Andrew M. Lobaczewski ha estudiado cómo los psicópatas influyen en el avance de la injusticia social y sobre cómo se abren paso hacia el poder, cuya culminación política es lo que ha venido a denominar patocracia. Lobaczewski es el inventor de la ponerología, el estudio interdisciplinario de las causas de períodos de injusticia social, donde el psicópata es un factor clave. En su libro, Ponerología Política: Una Ciencia de La Naturaleza del Mal ajustada a Propósitos Políticos, el autor desgrana su teoría.

¿Y qué viene todos estos datos sobre psicópatas? Una mirada a nuestro entorno más inmediato sería suficiente para justificar estas líneas, aunque la reflexión debe traspasar fronteras. ¿Poder formal o poder real? Decir que el poder real está  en manos de psicópatas puede parecer exagerado, pero a las pruebas diarias me remito. 

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