sábado. 20.04.2024

Europa y el gran casino mundial

El final de la guerra mundial de 1945 no acabó con el fascismo; quedo al reducto español y algo más tarde se instaló en Grecia y Portugal. El tsunami democrático neoliberal...

El final de la guerra mundial de 1945 no acabó con el fascismo; quedo al reducto español y algo más tarde se instaló en Grecia y Portugal. El tsunami democrático neoliberal las rescató por algún tiempo, pero de nuevo otro fantasma recorre el mundo y Europa no escapa a su influencia. Grecia, la cuna del pensamiento, de las artes y de las letras ha entrado en la UVI bajo la férula de la globalización neoliberal. Grecia se desangra y Portugal, España, Irlanda, Italia están con la deuda al cuello. La Europa colonial del siglo XIX y XX perdió sus colonias en otros continentes, y es ahora la llamada Troika, con Alemania a la cabeza, quien pretende mantener la Europa periférica bajo su dominio.

En Europa se instaló la democracia neoliberal, hoy reconvertida en Plutocracia, y con ella la demolición paulatina de los derechos de la ciudadanía. La realidad es que los Estados nacionales han sido suplantados por administradores burócratas que rinde pleitesía a los centros del poder económico: Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Ángela Merkel, canciller alemana. La deuda externa de países como España, Portugal, Grecia, Irlanda, está haciendo estragos entre la población. Las reformas constitucionales, dando prioridad al pago de la deuda, terminarán ahogando a los países si no se desprenden del dogal impuesto, máxime cuando el paro europeo se ha convertido en uno de los principales problemas. Dichas medidas están siendo ejecutadas sin tener en cuenta la Declaración de Derechos Humanos de 1948. Los derechos de los pueblos son arrebatados para dar prioridad al pago de la deuda creada para expoliar a la periferia europea. Se privatizan los patrimonios nacionales, realizando así un trasvase hacia los poderes económicos de una Troika europea que se erige en juez y parte de un juicio aterrador contra la humanidad; una Troika que se alza con la guadaña bien afilada.

Ángela Merkel reclama la deuda que los países acreedores deben a sus bancos olvidándose de que Alemania ha sido el país europeo que se ha negado de forma reiterada al pago de sus deudas. Deudas que se remontan a la 1º Guerra mundial y al posteriormente desplome de la Bolsa en los años 30. La deuda alemana fue de tal calibre que no terminó de pagarse hasta 2010. Pero ahí hay no acaba todo. La 2º Guerra Mundial podría haber arruinado totalmente a Alemania, tras las imposiciones económicas que los países europeos reclamaron por los estragos que causó el gobierno Hitleriano. Conviene recordar que fueron 22 países, entre los que se encontraba Grecia, quienes perdonaron a Alemania el 50% su deuda. El Tratado de Londres, de 1953, estableció que los intereses de préstamos extranjeros quedaran en suspenso hasta la reunificación de Alemania. El llamado “milagro alemán” no hubiera sido posible sin la condonación de parte de su deuda y la demora del resto.

La nuevas tecnología permiten mover el dinero desde los despacho, las transacciones se hacen con total libertad. Podríamos decir que los que manejan las finanzas usurparon el principio de libertad  que conquistó la humanidad para otorgárselo al dinero. Las presiones de colectivos economistas, que ven con estupor como el sistema otorga más poder al dinero que derechos sociales a las personas, han motivado que se hable abiertamente del movimiento de capitales. La escritora, Viviane Forrerter alertó ya en 1996, en El horror económico, sobre la economía de casino que se estaba implantado en el mundo.

Los servicios que ofrecían los diferentes Estados a la ciudadanía, a través de los impuestos, están siendo vendidos a empresas que esperan hacer negocios con ellos. Ya no necesitan mantener el estado del bienestar generado durante la guerra fría; y las privatizaciones son los principales resortes puestos en marcha por la economía de la globalización. Así, globalización, privatizaciones y “democracia neoliberal” están interrelacionados entre sí, forman parte de un modelo económico planificado e impulsado desde el poder internacional para lograr el control de todo el planeta. Y en dicho esquema económico los Estados soberanos deben ser usados como meras estructuras gerenciales del poder económico internacional.

Algunas transnacionales facturan en un mes más de lo que muchos Estados pueden llegar a gastar en todo un año: el 70% de todo el comercio mundial está controlado por apenas 500 transnacionales, pero es el 1% de todas las transnacionales la que controla el 50% de las inversiones extranjeras directas en los países en vías de desarrollo. Con dicho panorama, no podemos dejarnos engañar por falsas palabras, no se puede hablar de libertad de mercado, sino de una planificación económica realizada por las multinacionales. A través de agentes interpuestos, son esas transnacionales las que presionan para que se elaboren legislaciones favorables a sus intereses, las que presionan para que los Estados sean privatizados y sus instituciones "reformadas" para adecuarlas a la globalización económica.

Y en ese sentido, los Paraísos fiscales son un elemento clave de la globalización, basados en la libertad de movimiento de capitales que se inicio con el gobierno de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Son centros financieros extraterritoriales donde se refugia el capital foráneo bajo el manto de una premeditada desregulación, incentivada por la escasa o nula tributación de los capitales depositados, donde el secreto bancario está asegurado. Así pues, se ha implantado una nueva fase del capitalismo; el capitalismo financiero incontrolado.   

En el Foro Social Europeo de Londres (2004), Rose Pestana, sindicalista de ATTAC, nacida y residente en el paraíso fiscal de la isla de Jersey, relató la situación real de esos pequeños enclaves donde el dinero del fraude fiscal y otras actividades ilegales reposan plácidamente: países donde las finanzas gozan de todos los parabienes a la vez que la población vive bajo una férrea oligarquía. La isla Jersey, lugar situado entre Gran Bretaña y Francia, estuvo ligada a la estafa de Gescartera y a las extraordinarias pensiones de ex consejeros del BBV. Pero este es solo uno de los 33 paraísos fiscales que existen en el mundo.

¿Quién manda sobre el planeta?

Observamos que el capital financiero escapa de las manos de los Estados, que el capitalismo tradicional ha entrado en una nueva dimensión, capaz de saltarse los resortes reguladores que quedaban. Es evidente que la situación actual nos reduce a la condición de esclavos del poder económico, un poder globalizado que está condenando a muerte a miles de millones de personas. Y ante esta terrorífica situación es necesario pensar en el Estado del siglo XXI. Debemos preguntarnos ¿qué funciones económicas y políticas deben cumplir los Estados? Preguntarnos para dar respuesta a la situación insostenible en la que la Humanidad está sumida. 

Europa y el gran casino mundial