jueves. 28.03.2024

La ofensiva ideológica de los privatizadores de la sanidad

Las movilizaciones profesionales y sociales que se han producido contra los recortes y las privatizaciones sanitarias han provocado la pérdida de la hegemonía ideológica de los postulados privatizadores...

Uno de los efectos  importantes a tener en cuenta como resultado de las movilizaciones profesionales y sociales que se han producido contra los recortes y las privatizaciones sanitarias, es que han producido un rechazo mayoritario a esta política y se ha producido la pérdida de la hegemonía ideológica de los postulados privatizadores, de manera que, hoy en día, la mayoría de la ciudadanía y del conjunto de profesionales, trabajadoras y trabajadores de la Sanidad Pública, rechazan de manera inequívoca estas privatizaciones

Conscientes de esta situación, y de que el desmantelamiento de la Sanidad Pública y las transformaciones a las que quieren someterla son difíciles si no se logra una cierta capacidad de convicción y manipulación de un sector significativo de la población, las potentes fuerzas políticas y económicas que pretenden hacer negocio con la privatización sanitaria están realizando una doble maniobra.

La primera, negar la evidencia en el mas puro estilo “Goebbeliano” - “Una mentira mil veces repetida se transforma en verdad” - de manera que, primero, se niegan los hechos, se dice lo contrario de lo que se hace y luego se lanzan mensajes eufemísticos para encubrirlos. Así, se habla de “externalizaciones” (palabra que la RAE no incluye en su diccionario), de que se pretende “flexibilizar”, “modernizar”, “mejorar la gestión”, etc., siempre, por supuesto, con la coletilla de que en realidad se hace para “consolidar, mejorar y garantizar la sostenibilidad” de la Sanidad Pública

La segunda, una ofensiva en el terreno ideológico, mediante multitud de informes con apariencia de “independencia”, que van apareciendo como una “lluvia fina” para crear un entorno favorable a las tesis privatizadoras. Esta táctica ya fue usada durante años tras el amplio rechazo social y profesional que concitó el Informe Abril en 1991, y que hizo que sus propuestas no se llevasen adelante en ese momento.

Estos Informes proceden del ámbito mas variado que va desde consultoras directamente implicadas en las privatizaciones, fundaciones financiadas por las empresas de seguros privados y por las multinacionales de la farmacia, y, por supuesto, las de los partidos políticos pro privatización y de las propias administraciones sanitarias controladas por el PP (la última el propio Ministerio de Sanidad). Todos ellos, en realidad, están  financiados por quienes favorecen la privatización, respondiendo a sus particulares intereses para los que intentan ganar el espacio del debate público.

De cualquier manera, es importante constatar la debilidad teórica de los Informes que van apareciendo, así como sus declaraciones de intenciones (que contradice su contenido y propuestas concretas) y que, diciéndonos que lo que se trata es de reforzar y mejorar el sistema sanitario público, en realidad hacen exactamente lo contrario. Esta instrumentalización hace evidente la falta de consistencia argumental y de base empírica de quienes pretenden privatizar la atención sanitaria en nuestro país, y, a la postre, dan un argumento más a quienes pensamos que lo importante es la salud de la ciudadanía por encima de los beneficios de las empresas.

La ofensiva ideológica de los privatizadores de la sanidad