jueves. 28.03.2024

De cargas y niños…y viceversa

Utilizo una mochila en bandolera cuando transporto algunos libros, cuadernos y similares. Hoy es una de esas veces.

Utilizo una mochila en bandolera cuando transporto algunos libros, cuadernos y similares. Hoy es una de esas veces. Como pesa más de lo habitual he intentado alternar el hombro del sustento. Tarea inútil: a escasos segundos de colgarla del hombro izquierdo se desliza haciéndolo imposible. Una cosa trae a otra. En este caso de cuando a mi hermano, el pequeño, al tomarle medidas para confeccionarle su primer traje a ídem, el sastre le preguntó: ¿de qué hombro cargas, chico? Yo soy capuchón, contestó.

Y me hubiera seguido solazando en el recuerdo, riéndome en los adentros, cuando una imagen se interpuso: La del Congreso de los Diputados mostrando el primer plano de una señora, asentada en un escaño, acogiendo entre sus brazos a un bebé. Luego he sabido que el niño es su hijo. Y ella Diputada. Ha manifestado, la Diputada, que una madre debe llevar a su hijo al trabajo, mayormente por lo del ‘apego materno’.

Como psicólogo estoy de acuerdo con lo del apego del niño a la madre, y al padre, en especial en el primer año de vida del infante, e incluso más. En lo de que para conseguirlo hay que portarlo en el trabajo, tenerlo encima, amamantarlo in situ, acunarlo, cuidar su higiene…ya lo veo más complejo porque ¿y si la madre trabaja en un ambiente de riesgo químico o explosivo? ¿O en una cadena de montaje? ¿O en instituciones como las penitenciarias, de seguridad del estado, bomberos, sanitaria, del profesorado? ¿Y  si su ocupación es la recogida de residuos callejeros? ¿O conductora de autobús, piloto o taxista? Y así un largo etcétera que no quiero alargar para no ser cansino.

Si lo que pretendía esta madre era restar protagonismo a la constitución del Congreso, lo logró. Tampoco era tan difícil. Si su pretensión es añadir un privilegio más, una prebenda al ‘oficio político’, en este caso en su versión diputada, lo logrará…y con la connivencia de los votantes, añado.

Pero me pregunto: Formando esta madre-diputada parte del Congreso, que tiene la potestad legislativa, ¿no sería más eficaz, y justo, propiciar una ley que alargue la excedencia por maternidad? ¿Qué mantenga todos los derechos laborales y económicos? De esta forma se podría lograr el apego del hijo nacido a la madre, y al padre, y criarlo en un ambiente distante al de la toxicidad del Congreso, el de ‘sus’ diputados…¡Ay! 

De cargas y niños…y viceversa