viernes. 29.03.2024

Arco asombrado

arco“El asesinato es una forma de actuar impropia, altamente inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene en un asesinato tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios muy erróneos (…). Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasar a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono de sus deberes’.

Ensimismado en el párrafo anterior llegué a los aledaños de la plaza mayor de Cáceres dispuesto a sumergirme en la ‘parte antigua’, como la llamamos coloquialmente. Venciendo el impulso de adentrarme por el lateral del arco en este viaje, facilitador de la buena marcha de carruajes, me dije que subir escaleras es ejercicio aconsejable y decidí atacar de frente la subida hacia la Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Y el atacado fui yo.

No podía creer lo que mis ojos contemplaban. Parasoles inmensos ocultaban parte del Arco de la Estrella abierto en la muralla de acceso al recinto. Quizás sea, me dije, algo puntual…el rodaje de una película tras el de Juego de Tronos…Pero no. Una persona amable, empleada del establecimiento hostelero, me informó que la terraza con sus parasoles gozaban de la correspondiente autorización del ayuntamiento cacereño…

Mientras me alejaba, y sin duda como mecanismo de defensa por el asombro de la sombra, mi mente retornó al escrito de DeQuincey  ‘Una vez empezada esta marcha cuesta abajo, no se sabe nunca dónde pararse…”

Y en esa meditación hubiera continuado de no ser por una frase salida por una de las ventanas de uno de los palacios, puede que del episcopal, que con el acento inconfundible de Zidane, decía ‘Ahí pasa algo’.

Y me adentré en la Concatedral de Santa María para unas preces…por ver si…

Arco asombrado