sábado. 20.04.2024

Alfombras, alfombrillas y felpudos

Cuando aquello de la alternancia en el poder, o sea que lo del gobernar iba de mano en mano de los conocidos habituales tras el disfrute durante un tiempo prudencial, se solía escuchar en los relevos aquello de ‘vamos a levantar alfombras’ o ‘miraremos hasta debajo de las alfombras’.

Cuando aquello de la alternancia en el poder, o sea que lo del gobernar iba de mano en mano de los conocidos habituales tras el disfrute durante un tiempo prudencial, se solía escuchar en los relevos aquello de ‘vamos a levantar alfombras’ o ‘miraremos hasta debajo de las alfombras’.

Nunca, que yo sepa, se han levantado. Quizás, me digo, es que miraban y debajo de ellas todo estaba limpio y bien limpio. ¡Ejem!. También podría ocurrir que hubiera algunas pelusillas… pero claro, diría el ojeador, -si las aireo corro el riesgo de que al marchar, cuando me toque, y regrese el conocido de siempre, ventee las que se me han metido debajo en algún descuido… En resumen, concluiría: -dejemos las alfombras en su sitio no sea que ocurra como a los que tiran de la manta, que suelen acabar en Soto del Real.

Y la noria seguía girando feliz.

Y escrito esto, me pregunto: los que están próximos a acceder a la cosa del gobierno, nuevos ellos en lo del poder, y sin alternancia previsible ¿levantarán alfombras? o al menos ¿alfombrillas o felpudos? No es que piense que bajo ellas van a encontrar suciedad, no. Es simple curiosidad por saber si los suelos son de terrazo, parquet u hormigón armado…y para que se aireen. Temporalmente, al menos.

Y aquí estoy, templando la impaciencia que me embarga arrancando los pétalos a una margarita africana. Virtual, claro.

Alfombras, alfombrillas y felpudos