Adivina, adivinanza…

En la cafetería de la Facultad, hace muchos años, conocí a Ruiz Mateos. El amigo común me presentó con un: ‘Santos es psicólogo’, pienso que como advertencia, porque don José María, sin soltarme la mano, y retrocediendo unos pasos, dijo: ‘¡Cómo me gustaría, también, mirar a los ojos de las personas y adivinar su pensamiento!’

Dejo el resto de la anécdota para otra ocasión. Los psicólogos, al menos los colegas amigos próximos y yo mismo, ni somos adivinos ni leemos el pensamiento ¡Menudo marrón sería!

No leer el pensamiento no impide mirar el entorno y con las evidencias observadas, hacer pronósticos.

El 19 de junio pasado escribí, y publiqué en este mismo medio ‘Pronósticos…uno más’. Entresaco unos párrafos para refrescar la memoria: ‘Gobernará el PP con pacto de legislatura de Ciudadanos y abstención del PSOE…Sánchez será la cabeza a arrojar a los electores de su partido…’

Visto lo que estamos viendo y oyendo, aunque mejor hubiera sido no verlo ni oírlo, me afirmo en lo que escribí referido a las segundas elecciones. En este momento los costaleros portan el paso de ‘El derribo de Pedro’, con parada en Ferraz, a la espera de que cesen los tambores y cornetas para el canto de las saetas.

Está por ver, y aquí la cuestión de adivina adivinanza, si Sánchez optará por morir como Sansón, matando, o emprenderá la huida  a ninguna parte como gallo descabezado. Sea el que sea el fin que elija, está muerto, políticamente, claro.

¿Y después de Pedro?

Con seguridad, lo de siempre…y los de siempre. ¡Ay!