jueves. 18.04.2024

Acuerdos

-Me gusta que las cambien todos los días, además el servicio está incluido en el precio.

–Quizás las de las manos, si tienen alguna mancha de maquillaje… o las pequeñitas, las de secar los íntimos… respondí.

–Todas, todas. La de baño la primera.

Y aquí debí dejarlo, pero continué: - ¿Y en tu casa también cambias todos los días las toallas? La  respuesta fue todo lo desabrida que puede gestarse en un espacio reducido –vehículo-, atrapado en caravana –de retorno-, sufriendo un moderado malestar –resacoso-, y a pocas horas del inicio de lunes laboral.

Así que, sin apartarme mucho del tema de conversación para no evidenciar el derribo y retirada, pregunté: ¿Oye, y cuál es la razón para tender la ropa del revés una vez lavada? Obteniendo una prolija explicación que duró hasta finalizar el viaje y a la que no presté la más mínima atención dado que la pregunta era retórica.

Horas después, arrebujado en mi manta de baño, de lavado semanal, pensativo ante el espejo cubierto de vaho, sonreí satisfecho diciéndole a los adentros: -Cuando uno no quiere, dos no discuten…Mira por donde me salieron unos adentros respondones: - ¿Y cuando uno quiere, dos se ponen de acuerdo? Que me sumió en profunda lucubración al rematarla: - ¿Se repetirá el fiasco de las pasadas elecciones generales?

Ya de madrugada acudió la respuesta: si no consensuan un gobierno habrá que repetir un hecho histórico. Por ejemplo, mi favorito: Llevaban los Cardenales largo tiempo, casi tres años, sin ponerse de acuerdo para elegir nuevo Papa. El pueblo, harto ya de estar harto, los encerraron bajo llave, los pusieron a pan y agua, desmontaron la techumbre del palacio episcopal, sin duda para hacerles llegar sin obstáculo la paloma santa…y de paso la lluvia y el frío. Resultado: Un milagro. En un Pis Pas eligieron un nuevo Papa…que ni siquiera necesitó ser cura. Gregorio X, por más señas.

Del cambio de toallas no dice nada la historia. Pena.

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