jueves. 28.03.2024

Marjaliza aclara por qué no me dejaron gobernar en 2003

¿Cómo iban a dejarnos gobernar? Hubiéramos frustrado el botín de aquella “época loca” que con tanta precisión, y con tanta desvergüenza, describe en estos días el corrupto Marjaliza.

¿Cómo iban a dejarnos gobernar? Hubiéramos frustrado el botín de aquella “época loca” que con tanta precisión, y con tanta desvergüenza, describe en estos días el corrupto Marjaliza en sede judicial

Por si alguien albergaba aún alguna duda, el “arrepentido” David Marjaliza ha detallado ante el juez Eloy Velasco las razones por las que la mafia corrupta que saqueaba Madrid impidió la formación del Gobierno elegido democráticamente por los madrileños el 25 de mayo del año 2003.

En aquella “época loca”, según explica ante el juez el corrupto confeso Marjaliza, la corrupción era una práctica generalizada en la Comunidad de Madrid. Recalificaciones urbanísticas fraudulentas, contratos públicos amañados, privatizaciones bajo comisión, financiación ilegal de campañas políticas, puertas giratorias a gogó… El régimen madrileño era un régimen al servicio de corruptos, corrompidos y corruptores.

A todo esto llegan las elecciones autonómicas de 2003 y un equipo nuevo, ilusionado, decente, a cuyo frente se sitúa un joven de apenas 36 años, que se había dado a conocer precisamente por perseguir la corrupción en el Ayuntamiento de Madrid, obtiene un resultado que le permite formar un Gobierno de cambio.

Este equipo nuevo, ilusionado y decente había obtenido un gran apoyo ciudadano, además, merced a un programa bien trabajado, que proponía un modelo sólido de crecimiento para Madrid, lejos del burbujeo especulativo sobre el suelo. Proponíamos un Plan de Estrategia Territorial, elaborado por expertos universitarios, que determinara el uso del suelo en función del interés social, del fomento de la industria, de la preservación ambiental, del bienestar social, antes que al servicio de la mafia especuladora.

Este equipo, preñado de ganas por servir con decencia a los madrileños, se comprometía además a garantizar transparencia en los procesos de contratación pública, a prevenir y perseguir las irregularidades, a asegurar que pagaran sus impuestos quienes debían pagarlos, a poner fin a las privatizaciones espurias, a acabar con los trasvases permanentes entre las arcas públicas y algunos bolsillos privados…

Llegábamos, además, con la credibilidad de nuestras trayectorias personales. En aquel equipo había compañeros y compañeras que ya habían demostrado su carácter incorruptible y su compromiso personal con una política limpia al servicio del interés general, en las comisiones de vigilancia de las contrataciones de la capital, en las comisiones de urbanismo del Parlamento regional, en los Gobiernos municipales de la región…

¿Cómo iban a dejarnos gobernar? Hubiéramos frustrado el botín de aquella “época loca” que con tanta precisión, y con tanta desvergüenza, describe en estos días el corrupto Marjaliza en sede judicial. “Entre 3.000 y 6.000 euros por vivienda” para el corrupto. 20.000 inmuebles, 6.000 viviendas sociales. Sobres y bolsas de dinero negro que se amontonaban en los altillos del suegro, que desbordaban las cajas de seguridad de los bancos, que se blanqueaban mediante redes mafiosas en Suiza. Vacaciones gratis, coches deportivos, regalos, “atenciones”, fiestas, campañas trampeadas por el dopaje de dinero sucio…

No iban a permitir que un puñado de políticos bienintencionados, ingenuos, inmunes a sus corruptelas mafiosas, les estropearan la “época loca” por el simple hecho de que habían obtenido unos miles de votos en unas elecciones democráticas. Buscaron la manera de frustrar aquel Gobierno, con el método que mejor conocían, con la compra mafiosa de las voluntades. Y para nuestra vergüenza encontraron dos sujetos dispuestos a corromperse con ellos.

Habrá quienes vuelvan a decir aquello de que sigo “sangrando por la herida”. Pero mi herida, la herida de aquel equipo decente, la herida de mi partido, son heridas insignificantes al dado de la herida de los madrileños. Esta es la herida que ha de importarnos.

¿Cuántos recursos robados podríamos haber dedicado a crear buenos empleos para los madrileños? ¿Cuántas mordidas millonarias podríamos haber invertido en mejorar la vida de hombres, mujeres, niños, jóvenes, mayores, en la educación, en la sanidad, en los servicios sociales, en la atención a la dependencia? ¿Cuántas privatizaciones y cuantas recalificaciones mafiosas hubiéramos podido evitar en interés de todos? Esa es la herida que duele, sí.

Hay más cosas que duelen. Porque el partido que gobernó aquella “época loca” sigue gobernando la Comunidad de Madrid, y algunos de los protagonistas de aquellas “locuras” siguen en activo, como si la cosa no fuera con ellos.

Pero hay esperanza. En el año 2003 teníamos un equipo ilusionado y limpio para el cambio. Hoy tenemos a Ángel Gabilondo, y tenemos un nuevo equipo preparado, honesto, valiente, que representan tanto o aún mejor la esperanza en un futuro de desarrollo, de justicia y de decencia para Madrid. Ojalá puedan gobernar cuanto antes.

Marjaliza aclara por qué no me dejaron gobernar en 2003