sábado. 20.04.2024

Ciudadanos, para el cambio o para la continuidad

Ciudadanos también se juega su credibilidad como opción política de cambio, de modernización y de regeneración democrática.

Pasar de las tertulias a las instituciones tiene ventajas e inconvenientes. Las ventajas tienen que ver con la capacidad de influencia y decisión que se asume. Los inconvenientes consisten en la responsabilidad inexorable de tomar decisiones, aunque resulten incómodas, y en la imposibilidad manifiesta de seguir defendiendo a la vez una cosa y la contraria.

En las tertulias y en las entrevistas de los medios pueden sortearse las decisiones más comprometidas. Sin embargo, cuando se cuenta con un grupo parlamentario en un Parlamento, las decisiones no se pueden sortear. Y las decisiones tienen consecuencias, para la colectividad y para la organización propia.

Ciudadanos ha irrumpido con éxito en la vida política española con el discurso de la eficiencia económica y la regeneración democrática. Sus dirigentes han explicado con reiteración que quieren cambiar el modelo productivo vigente, haciéndolo descansar en la investigación, la innovación y el conocimiento. Y han defendido la necesidad de afrontar cambios profundos en la institucionalidad democrática, con más transparencia, mejores instrumentos de participación y un compromiso firme contra las corruptelas.

Con este discurso de cambio, Ciudadanos ha obtenido apoyos muy relevantes del electorado, especialmente en la Comunidad de Madrid, donde sus 17 escaños resultan decisivos para conformar el futuro gobierno regional.

La disyuntiva insoslayable que tiene este nuevo partido ante sí consiste en lo siguiente: o confirman su disposición para el cambio, o renuncian a su discurso reformista y apoyan con sus votos la continuidad de las políticas del PP de Aguirre y Cifuentes en la Comunidad de Madrid. Cualquier decisión que adopte será legítima y respetable, pero tendrá consecuencias, sobre todo en su credibilidad ante la ciudadanía de Madrid y del conjunto de España.

El voto a favor de la investidura de Cristina Cifuentes en la Asamblea de Madrid sería un voto por la continuidad de las políticas que Ciudadanos ha venido denunciando insistentemente durante los últimos meses. Cifuentes es la candidata del PP que preside Esperanza Aguirre, ha sido la Delegada del Gobierno de Rajoy en Madrid, y ha sido corresponsable, como diputada autonómica y dirigente del PP madrileño, de todas las decisiones que la derecha madrileña ha adoptado en orden a los recortes de derechos, las privatizaciones de servicios públicos y el compromiso insuficiente contra la corrupción, que ha permitido casos como Gurtel y Púnica.

Una eventual abstención en la investidura de Ángel Gabilondo, si este lograra el apoyo de Podemos, daría lugar a un gobierno de cambio auténtico en la Comunidad de Madrid, tras 20 años de gobiernos del PP. El perfil de Gabilondo es una garantía de cambio en sí mismo. Se trata del candidato mejor valorado por los madrileños, porque su programa, su trayectoria y su talante aseguran una disposición firme a favor de un desarrollo económico moderno y justo, unas políticas públicas eficientes para el bienestar social, y una limpieza absoluta en las instituciones madrileñas.

Gabilondo ha manifestado en muchas ocasiones que uno de los males de nuestra política reside en el partidismo, antes que en el bipartidismo tan denostado por algunos. Sustituir un el bipartidismo que se denuncia por un monopartidismo, otro bipartidismo o un tetrapartidismo nuevo no serviría para mejorar la calidad de la democracia. Hace falta superar el partidismo más sectario, abandonar las tentaciones dogmáticas y frentistas, para anteponer el interés general de la ciudadanía y los procedimientos democráticos del diálogo, la participación cívica y los acuerdos sobre los grandes proyectos colectivos a emprender. Gabilondo tiene el perfil adecuado para emprender esta estrategia.

La situación del Parlamento de Madrid es muy distinta de la que se vive en el Parlamento andaluz. En Andalucía solo existe una alternativa de gobierno viable, la que en lidera el PSOE y Susana Díaz tras ganar las elecciones. No existe posibilidad de un acuerdo distinto entre las demás fuerzas políticas, según se ha comprobado. La disyuntiva en Andalucía, pues, consiste en posibilitar el único gobierno factible o bloquear sine die la gestión de los intereses generales. En Madrid, sin embargo, hay dos opciones perfectamente viables: la continuidad o el cambio.

Está en juego el futuro de la ciudadanía madrileña, y esto es lo más importante. Pero Ciudadanos también se juega su credibilidad como opción política de cambio, de modernización y de regeneración democrática.

Ciudadanos, para el cambio o para la continuidad