jueves. 28.03.2024

El mundo cada día va mejor

François Marie Arouet. Conocido como Voltaire

Es muy posible que al acabar de oír y leer las noticias de cada día, y más en estos meses de crisis sanitaria mundial, tengamos la sensación de que el mundo empeora día a día. Que es más violento, que aumenta el número de pobres, y que dentro de poco nos quedaremos sin recursos naturales. Pero la realidad es muy distinta, en realidad el mundo cada día va mejor, como nos indican todos los datos. Empezando porque la esperanza de vida promedio de la humanidad no ha hecho más que aumentar año tras año. A principios del siglo pasado, como nos informa el Banco Mundial, era de 32 años, en los años setenta era de 52 años, y en la actualidad es de 74 años.

Lo afirmó con contundencia Barack Obama hace tres años ante la 72º Asamblea General de las Naciones Unidas cuando dijo que: “Casi cualquier problema que midamos está mejor que hace 50, 25, incluso 10 años”. Los datos son contundentes si atendemos que hoy, diariamente, en el mundo más de 250.000 personas salen de la pobreza extrema y 325.000 pasan a tener acceso a electricidad y agua potable, según los cálculos de Our Wold In Data. Como también es esperanzador que la mayoría de los niños del mundo asistan a la escuela y que en las últimas décadas hayan pasado de dos a siete los años de escolarización promedio de los adultos en el mundo. Y que en toda América Latina y el Caribe, en diez años, haya aumentado más del 20% el acceso a la educación superior.

El mundo va a mejor. No es perfecto y ni siquiera hace falta defender que vaya bien, pero sí es mejor que en los anteriores periodos

El mundo ha mejorado mucho, está mejor que en los periodos anteriores. Desde 1990 han salvado la vida más de cien millones de niños y niñas gracias a las vacunas y los tratamientos para la diarrea, a la promoción de los beneficios de amamantar y otras medidas sencillas de higiene. Según los datos de UNICEF, hoy caminan 16 millones de niños que en los ochenta habrían quedado en una silla de ruedas por culpa de la poliomielitis. En 15 años ha descendido un 60% la tasa de mortalidad por la malaria, por poner otro ejemplo de los avances en salud.

El machismo retrocede y la equidad de género se va abriendo camino. Los derechos de la mujer avanzan con fuerza en todo el mundo, cuando hace 100 años no tenía derecho a voto, y la inmensa mayoría no pisaba un colegio y mucho menos una universidad. Hoy, no sólo la gran mayoría de las niñas estudian, sino que las diferencias entre niños y niñas en relación con la escuela primaria ha disminuido de forma muy importante según el Banco Mundial. La tasa de fecundidad de mujeres adolescentes ha disminuido desde 1970 en más del 60% y las matrículas en educación secundaria de las mujeres ha pasado del 35 al 80%. La ONU nos recuerda que cada día hay más países que cuentan con políticas de igualdad en la remuneración entre hombres y mujeres, y se sanciona más la violencia doméstica y los abusos laborales con leyes elaboradas exclusivamente para proteger a las mujeres.

Aunque puede costar creerlo, el mundo está hoy cada vez está más pacificado. Las estadísticas nos muestran que vivimos en una era con menor número de homicidios y menos personas que mueren en conflictos bélicos que en cualquier momento del siglo pasado. Estamos viviendo la época más pacífica de la historia de la humanidad. Cada día se respeta más la democracia y los Derechos Humanos. En los años 30 del siglo pasado la democracia sólo era un sistema político más, no el más extendido y popular. Recordemos que en América Latina en el año 1980 la mayoría de los países del continente estaban bajo un gobierno militar.

El mundo va a mejor. No es perfecto y ni siquiera hace falta defender que vaya bien, pero sí es mejor que en los anteriores periodos. Y no pasa nada por decirlo. Vivimos más y mejor, como nos muestra la Encuesta de Valor Mundial, que mide el nivel de satisfacción personal de más de cien países. El porcentaje de personas que están "muy contentas" o "bastante felices" ha pasado en diez años del 56,4%  al 82,1%. Tenemos menos hambre, más vacunas y menos enfermedades y violencia.

Sí, queda muchísimo que hacer, desafíos ingentes y millones de personas que sufren cada día y necesitan ayuda. No hay lugar para la complacencia, pero tampoco para el derrotismo. Es precisamente en estos tiempos de crisis y de malas noticias por la mañana, tarde y noche. Cuando es bueno, necesario, recordar que el mundo cada día va mejor. Y además, se ha mandado a Donald Trump a su casa.

                       

El mundo cada día va mejor