viernes. 26.04.2024

¡Fuerza, compañeros y compañeras de Amazon!

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Nuestra empresa: “busca la máxima rentabilidad económica, sin importarles las personas trabajadoras”.

Nuestra empresa: “somete a la plantilla a métodos de trabajo monitorizados que pretende convertirnos en insensibles máquinas humanas y cada vez precarizan más el empleo”.

Nuestra empresa: “abusa de la temporalidad, lo que impide una estabilidad laboral adecuada”.

Nuestra empresa: “usa la renovación del personal temporal como un instrumento de presión sobre la plantilla”.

La realidad que sufrimos es terrible.

En nuestra empresa: “tenemos graves problemas de salud laboral, causados por los altos ritmos de trabajo que la empresa nos obliga a aumentarlos año a año, bajo una presión constante para subir la productividad.

Y en nuestra empresa: “toda la plantilla hemos gritado ¡basta ya!”


La huelga en Amazon de San Fernando (Madrid) nos recuerda que los problemas de los trabajadores responden a las mismas o muy parecidas preocupaciones, exigencias y reivindicaciones laborales de siempre

Estas frases rotundas realizan una denuncia sobre las condiciones de trabajo en las que los trabajadores y trabajadoras son tratados desde la insensibilidad y la explotación más allá de los costes en la salud. No se refieren, aunque lo parezcan, a una vieja fabrica metalúrgica taylorista de mediados del pasado siglo. Ni ese grito de: ¡basta ya!, es el de unas trabajadoras del textil del siglo XIX, ni tampoco las pronunciadas desde una pequeña empresa, de un sector obsoleto y en crisis profunda.

Muy al contrario, son palabras incluidas en la intervención de Douglas Harper, delegado de CCOO en Amazon, durante el III Encuentro del Activo Sindical de CCOO celebrado en Madrid el 12 de abril de 2018. Son palabras que explican la lucha de los trabajadores y trabajadoras del almacén de Amazon en San Fernando de Henares (Madrid) en defensa de su convenio colectivo y para impedir la perdida de derechos laborales. Son las palabras que explican las razones de la huelga realizada con éxito el 21 y 22 de marzo pasado y la de los días 18 de mayo y 1 de junio convocadas en la empresa más rentable del mundo, propiedad del hombre más rico del planeta.

Hablamos de un conflicto por los derechos y la mejora de las condiciones de trabajo en una empresa, innovadora, global y moderna, que ha revolucionado el comercio. En una de las empresas más significativas de la “nueva economía”, donde los trabajadores son llamados socios o colaboradores porque, dicen que ya está superado el viejo conflicto entre trabajo y propiedad y por ello la necesidad de los sindicatos. Pero la cruda realidad nos enseña, más allá de las modernas teorías sobre el futuro del trabajo que llenan tantas páginas y horas de conferencias, que no serán precisamente los robots, ni la inteligencia artificial, ni los algoritmos los nos garantizarán unas condiciones de trabajo menos autoritarias, más abiertas, más participativas, más justas, más seguras y humanizadas.

La huelga en Amazon de San Fernando (Madrid) o las realizadas, hace seis meses, en los centros de distribución de Amazon en Alemania e Italia, nos recuerdan que los problemas de los trabajadores responden a las mismas o muy parecidas preocupaciones, exigencias y reivindicaciones laborales de siempre. Como también, que la afiliación, la acción, la unidad y lucha sindical seguirá siendo tanto o más necesaria que nunca en la nueva economía y en una empresa global como Amazon. Aunque ello exige al sindicalismo nuevos esfuerzos y nuevas formas para garantizar la imprescindible acción sindical global y coordinada entre los sindicatos de los diversos centros de trabajo en España y de Europa. Para poder responder e impedir que esa nueva “fábrica inteligente” del futuro, al final no acabe siendo, por la avaricia de sus dueños y gestores, la “fábrica estúpida” e injusta para sus trabajadores y trabajadoras, donde el trabajo pierde toda consideración y valor social.

Esperemos que la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Amazon nos demuestre, una vez más en la historia, que por muy grande y poderosa que sea una empresa, como es en este caso, sean  más fuertes las razones de sus trabajadores y trabajadoras cuando  hay unidad sindical y solidaridad. Así que: ¡Fuerza, compañeros y compañeras de Amazon!

¡Fuerza, compañeros y compañeras de Amazon!