viernes. 29.03.2024

CEOE, por ahí no, que no está el horno para bollos

La Patronal española, CEOE, ha vuelto a poner encima de la mesa un documento con sus ideas y propuestas...

La Patronal española, CEOE, ha vuelto a poner encima de la mesa un documento con sus ideas y propuestas que ha denominado Propuestas de CEOE para mejorar el clima de negocios y el entorno empresarial. Lo van a enviar al Gobierno trás el debate en sus organizaciones asociadas, aspirando a que sus viejas propuestas en materia laboral sean traducidas en leyes.

Lo sorprendente ha sido aparecer con estas propuestas extremas al mismo tiempo que se inician conversaciones de diálogo con las organizaciones sindicales, para estudiar la posibilidad de alcanzar un posible nuevo acuerdo, que sirviera de referencia a la negociación colectiva para los próximos años. Todo ello tras finalizar la vigencia del actual II AENC, que supuso un serio y muy costoso esfuerzo de responsabilidad sindical, injustamente y poco reconocido por parte de los poderes económicos y del propio Gobierno de Mariano Rajoy.

La patronal española debería ser consciente del esfuerzo que ha representado el II AENC para CCOO y UGT cuyos equilibrios, tan difícilmente construidos en su negociación, se modificaron radicalmente pocos días después de su firma con la reforma laboral que decretó el Gobierno del PP siguiendo las demandas empresariales.

La patronal debería haber leído, aunque fuera sólo por profesionalidad, el amargo balance del resultado de la aplicación del II AENC en 2013 y 2014 que han hecho las Confederaciones Sindicales de CCOO y UGT. Particularmente, se denuncian las deficiencias en las contrapartidas contempladas en el acuerdo junto a la fuerte moderación salarial; el incumplimiento, en muchas empresas, del compromiso de moderación en el reparto de beneficios y su reinversión productiva; el incumplimiento del impulso de los mecanismos de información y participación respecto al salario variable, o los referidos a la prioridad de mantenimiento del empleo, impulsando fórmulas alternativas de flexibilidad interna como alternativa a la destrucción de empleo.

CEOE reclama “mejorar el clima de negocios y el entorno empresarial" con una vuelta más de tuerca a la reforma laboral. Quiere que ahonde el poder unilateral del empresario en la decisión sobre "la distribución irregular de la jornada, la movilidad funcional y el salario variable", “el periodo de prueba de un año, sin indemnización” o que “se desvincule para la calificación de nulidad de los despidos de las veracidad de las causas” etc..

Estas propuestas de la patronal han sorprendido y escandalizado a la mayoría de la sociedad española, pues en materia laboral pretende seguir insistiendo en la vieja concepción de unas relaciones laborales autoritarias, que no precisen diálogo y permitan tratar a las personas como una mercancía sin valor.

Viejas propuestas, muy alejadas de la nueva concepción de la gestión empresarial y de la nueva organización del trabajo que están impulsando con fuerza las mejores de nuestras empresas, entendiendo que sus fortalezas están precisamente en la promoción del compromiso y la confianza de su gente, buscando mejorar la participación de sus trabajadores y trabajadoras y no desde el miedo a poder ser despedidos sin garantías, que son la base de las últimas propuestas de la CEOE.

Unas propuestas impropias, por no decir irresponsables, porque la patronal española es consciente de que algunas de ellas que responden a posiciones de extrema radicalidad, no caben en nuestro ordenamiento constitucional. Pero lo más negativo del documento de CEOE es la deslealtad y la grave distorsión que representa al valor de la autonomía de las partes y la negociación constructiva entre Patronal-Sindicatos, tan necesitada de reforzar en nuestro país.

Lo más preocupante es la falta de conciencia de los tiempos especiales que vive nuestro país, de la delicada situación que vive nuestra sociedad y en particular el mundo del trabajo, que aconseja no transitar por posiciones extremas. Vivimos momentos de extrema sensibilidad, en especial en los trabajadores y las trabajadoras, porque hay mucho desengaño acumulado sobre cómo se han gobernado las instituciones y mucha decepción sobre cómo se han gestionado muchas empresas.

Se están viviendo frágiles momentos políticos, económicos y sociales que reclaman especial sensibilidad y moderación, en los que el buen tino debería ser el consejero principal de todas nuestras instituciones y organizaciones sociales y políticas y, entre ellas, las organizaciones patronales deberían ser una referencia positiva y no un agente más de agitación que nos sobran a toneladas. Así que por ahí no CEOE, que no está el horno para bollos.

CEOE, por ahí no, que no está el horno para bollos