viernes. 19.04.2024

El no de CCOO y UGT a la huelga independentista

foto UGT Catalunya
Manifestación sindical en Barcelona. Foto: UGT Catalunya.

El independentismo político y civil lleva varias semanas anunciando y organizando su respuesta, dicen contundente, a la sentencia que el Tribunal Supremo hará pública en pocos días, en este mes de octubre. Han anunciado, entre otras muchas acciones, unas conocidas y otras llevadas en secreto por la amalgama de instituciones, organizaciones y entidades independentistas una Huelga General, aunque, seguramente por pudor semántico de la palabra huelga, algunos sectores más de derechas y neoliberales, lo bautizan como “una aturada de país”, de unas horas, un día, tres días o incluso hay colectivos que defienden que sea indefinida.

A fecha de hoy faltan concretar los detalles del alcance y la duración de esa movilización, aunque ANC, los CDR, EL TSUNAMI DEMOCRATIC, ENS PLANTEM, etc., etc., nos anuncian que aspiran a que sea una “acción estratégica y unitaria, con el epicentro en las principales vías de comunicación”. Se supone que nos quieren decir lo que todo el mundo entendemos con “principales vías de comunicación”.

CCOO y UGT tienen capacidad de criterio propio para expresar su opinión autónoma sin necesidad de aparecer confundidos con intereses y tácticas electorales que es a lo que responden las anunciadas movilizaciones

Para garantizar el éxito de la movilización, como informan diariamente los medios de comunicación, están sondeado a representantes de las diversas patronales a fin de evitar un rechazo frontal de las empresas a la huelga, sea general o parcial y, con ello, evitar el riesgo de que el seguimiento no vaya más allá de los botiguers del centro de los pueblos y de muchos de los empleados públicos de la Generalitat y Ayuntamientos con mayoría independentista.

Apoyando la convocatoria hace semanas que ya se han pronunciado los principales dirigentes de todos los partidos y asociaciones independentistas, y, por supuesto, también el president de la Generalitat y sus consellers y a la que se le ha sumado la última Resolución del Parlament respaldando la desobediencia civil e institucional, lo que marca una clara referencia de por dónde pueden ir las cosas tras conocerse la sentencia. Y, una vez más, ahí están en su papel de agitación y propaganda todos los medios de comunicación públicos dependientes de la Generalitat que llevan semanas, sin pudor, y con todo el descaro, alentando y promoviendo esta movilización que busca desde el primer momento la referencia en aquel 3 de octubre de 2017, convertida ya en otra fecha más del glosario independentista preñado de efemérides históricas.

Hemos oído pronunciarse a alcaldes y alcaldesas, asociaciones de comerciantes, de payeses, de estudiantes y de PYMES. Incluso los directivos de la Cámara de Comerç de Barcelona se han declarado a favor de una "aturada de país”. Pero falta una pieza fundamental, faltan CCOO y UGT, ya que en aquella movilización del 3 de octubre del 2017, con mucho o poco entusiasmo según los barrios, estuvieron presentes los dos grandes sindicatos confederares en Catalunya, lo que le dio el sobado argumento de “movilización trasversal”, reiterado en la mayoría de los actos y acciones que organiza el secesionismo con el eslogan de que esto “no va de independencia, va de democracia”. Aunque siempre, con todo el descaro, al final vemos que no dejan duda que sí es a favor de la independencia.

Conscientemente, CCOO y UGT no convocaran paros en las empresas, como ya no lo hicieron en el pasado mes de febrero, ante la huelga general convocada coincidiendo con el inicio del juicio del 1-O en el Tribunal Supremo. La negativa del sindicalismo confederal, abrumadoramente mayoritario en la clase trabajadora de Catalunya, de participar en la estrategia del independentismo es trascendental porque clarifica dónde están los intereses de los trabajadores y trabajadoras catalanes y, sobre todo, define con claridad la colocación y las prioridades del sindicalismo de clase en el conflicto social, tanto en Catalunya como en el resto de España. Porque CCOO y UG, no son una organización más, ni una de tantas entidades, plataformas, colectivos o coordinadoras que se han ido creando y deshaciendo en estos años en Catalunya al calor de los acontecimientos del procés. Ambos sindicatos tienen historia, estructuras representativas de la pluralidad social y la diversidad del mundo del trabajo. Tienen capacidad de criterio propio para expresar su opinión autónoma sin necesidad de aparecer confundidos con intereses y tácticas electorales que en el fondo es a lo que responden las anunciadas movilizaciones para este mes de octubre.

El no de CCOO y UGT a la huelga independentista