viernes. 29.03.2024

Meigas fóra

campaña vox galicia

Desembarcaron en la campaña electoral gallega al igual que una incursión normanda, con la intención de arrasar todo lo que encontraran a su paso; eso sí, lo hicieron a su manera, mintiendo y manipulando de una forma burda. En su afán por deformar la realidad, rozan el esperpento, ni el mismo Valle-Inclán podría superarlos en esta lid; cómo catalogar sino el vídeo que hicieron circular para dar fe de la “buena acogida” que tuvieron en Galicia y en él que aparece un músico tocando la gaita, supuestamente para darles la bienvenida, “un gaitero nos recibe a la Puerta del Obradoiro” proclamaron ufanos. Pero, ni la bienvenida era tal, ni el músico estaba allí para recibirlos. Luego se vinieron arriba, llegando incluso a hablar de apartheid lingüístico.

Frente a la escultura alegórica de una mujer, símbolo de la lucha por la democracia y la libertad, en el recientemente inaugurado parque de las Trece Rosas, situado sobre la playa de Bastiagueiro, me pregunto si es inevitable soportar las voces airadas de aquellos que no respetan el hábitat democrático, espacio en él que pretenden reproducirse como una  especie invasora y destructora de los logros conseguidos. Mientras me respondo a mi misma con un rotundo no, mi pensamiento deriva hacia los que esgrimen como propia una bandera que no les pertenece en exclusiva, para escupir su odio hacia todos aquellos que no comparten sus desvaríos nacionalsindicalistas. 

Es lamentable que, los que consideran necesario que sus conciudadanos vean limitados sus derechos, se muevan entre parlamentarios demócratas y campen a sus anchas abanderando el camino de la intolerancia, la desigualdad y el machismo más exacerbado. Estos salvapatrias, a los que se les llena la boca con la nostalgia de aquella España, una, grande y libre, representan una amenaza real para la democracia y la libertad. Su exacerbado sentido de la propiedad les lleva a creer que España les pertenece. Defienden el autoritarismo, denostan a los contrarios y claman por la ilegalización de los que no les gustan.

Hacen de la desinformación y de la mentira su caballo de batalla. Con su circo de tertulianos, aquejados de una incurable incontinencia verbal y defensores del pensamiento único, contaminan el ya de por sí enrarecido clima político de nuestro país. 

Es esta especie, renacida de las cenizas del franquismo, la que abandera, con el lamentable y vergonzoso respaldo de sus militantes femeninas, que no feministas, la derogación de la ley de violencia de género, el rechazo al aborto, las listas paritarias…, en definitiva cualquier medida que se aleje de su orden óptimo, que no es otro que la no consideración de la mujer como sujeto de derecho. Pero, muy a su pesar, fue una mujer la que puso el punto sobre las íes de sus desmanes con un simple tuit. La atleta gallega Ana Peleteiro, haciendo alusión a la utilización del hashtag Galicia es Verde por el líder de esta formación de ultraderecha en la campaña electoral gallega, tuvo la valentía de decirle “Mellor queda na casa. O único que ten de verde GALICIA son os montes. De nada”. Y como está claro que “habelas, hainas” no puedo evitar el grito de “meigas fóra” para espantar al “meigallo” de la intolerancia.

Meigas fóra