sábado. 20.04.2024

El cierre de “dos o tres bares”

En puertas de la jornada electoral gallega, lo primordial, aunque tan solo para el presidente autonómico, es "no meter miedo a la gente para que no vaya a votar" y "después de hacerlo que vuelvan a su domicilio a seguir con la cuarentena". (El gurú de la privatización sanitaria dixit).

Con la crisis sanitaria en su momento más álgido desde el comienzo de la pandemia en Galicia, los gallegos padecemos a un Feijoó, al que le gusta presumir de un pretendido y nunca demostrado buen hacer, entretenido en acusar a los contrarios de utilizar la demagogia y sembrar la discordia mientras insta a “no demonizar la sanidad privada”. De manera simultánea, elude la responsabilidad de la administración, transfiriendo competencias a unos ayuntamientos sin suficientes recursos (casi la mitad carecen de Policía Local) para hacer responsables a los mismos de la propagación del virus.

De los 14 alcaldes de A Mariña, 10 claman en el desierto pidiendo el aplazamiento de las elecciones

De los 14 alcaldes de A Mariña, 10 claman en el desierto pidiendo el aplazamiento de las elecciones, los 4 restantes (PP), no están dispuestos, al igual que el señor Núñez Feijoó y sus conselleiros, a admitir que, en el escenario actual, la normalidad sanitaria brilla por su ausencia. En declaraciones a la cadena Ser, el alcalde de Burela, expresa su razonable duda de que se pueda garantizar la calidad democrática exigida y hace patente el miedo de los miembros de las mesas y de los votantes. En palabras del presidente de la Mancomunidad de A Mariña y alcalde de Foz, Fran Cajoto, Feijoó está "jugando con las cifras de infectados por un mero cálculo electoral”. El alcalde de Ribadeo va un paso más allá y expresa su temor de que se produzca una auténtica “carnicería” si no se produce el aplazamiento de las elecciones.

«Non temos nin medios nin capacidade nin recursos, nin experiencia nin competencia algunha». Los alcaldes de A Mariña continúan “preocupados, indignados y alarmados”, tanto por la carencia de medios humanos, técnicos y económicos, como por la falta de transparencia de los datos que maneja el SERGAS sobre las personas afectadas por el brote de COVID.

En una nueva demostración de irresponsabilidad y mala gestión, los dirigentes populares esgrimen el manido argumento de que se politiza la situación para crear una alarma innecesaria, llegando a decir que este brote es un contagio sencillo que salió de unos pocos bares con algunos camareros infectados. Tan solo dos días antes de admitir que se estaba produciendo transmisión comunitaria y se decretase el confinamiento de unas 70.000 personas, el presidente de la Xunta de Galicia afirmaba con contundencia que el rebrote de A Mariña (Lugo) se frenaba con “dos o tres bares que había que cerrar". La cruda realidad es que el rebrote está lejos de estar controlado.

En lo referente al extraño confinamiento (tan solo cinco días) las explicaciones sobre el criterio seguido están por llegar. Para el candidato socialista, Gonzalo Caballero, esta extraña cuarentena es “es una forma de poner una tirita para una brecha muy grande”.

Con un desprecio absoluto por la salud de sus paisanos, el señor Núñez Feijoó, se frota las manos con avaricia y egoísmo, al más puro estilo del señor Burns, al tiempo que realiza un anticipado recuento de votos; con la adrenalina estimulada se aventura a animar a los mayores, da igual que estén o no confinados, da igual el peligro al que se expongan, a que salgan “15 minutos a votar”. Malo será que resulten infectados los que aún no le estén...

El cierre de “dos o tres bares”