El año pasado no pudo ser, ahora sí. Esta tarde, UGT, CCOO, CEOE y CEPYME hemos alcanzado un preacuerdo en el marco del IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) para los años 2018, 2019 y 2020. Aunque se trata del cuarto acuerdo de este tipo, bien podría ser el primero de una nueva etapa de relaciones laborales dirigido a un mayor reparto de la riqueza y a una mejora de las condiciones laborales de nuestro país.
Ese reparto de la riqueza tiene como uno de sus principales instrumentos en este principio de acuerdo una subida salarial en los tres años de vigencia del acuerdo del 2%, más un 1% adicional relacionado con la productividad, resultados empresariales y otros factores, y el establecimiento antes del 2020 de un salario mínimo en convenio de 14.000 euros al año (o 1.000 euros al mes por catorce pagas). Son medidas dirigidas a recuperar el poder adquisitivo perdido por los trabajadores, pero de una manera muy especial son un compromiso con los jóvenes y a las trabajadoras, quienes sufren mayores cotas de desigualdad y precariedad.
Y precisamente este preacuerdo también supone una punta de lanza en la mejora de las condiciones laborales, mediante medidas acordadas entre las partes y el compromiso de abordar conjuntamente con el Gobierno otras cuestiones relativas a la reforma laboral.
La firma de este preacuerdo supone además una nueva relación del sindicato con sus delegados, que tendrán la oportunidad de manifestarse en relación al mismo.
Pero este no es más que el inicio de un camino en pos de la recuperación de derechos y libertades perdidos y que pasa por la derogación de las reformas laborales. Somos conscientes de su importancia.