jueves. 28.03.2024

Sin derecho de huelga, no hay democracia plena

La acción penal contra algo más de 300 sindicalistas, la petición de 8 años de cárcel para los representantes sindicales de AIRBUS, es un ataque a los valores más básicos de un estado democrático.

Entre los días 9 y 12 de febrero "los ocho sindicalistas de la factoría de Airbus en Getafe se enfrentan a un juicio por el ejercicio del derecho a huelga", motivo por el que piden para cada uno de ellos "penas de prisión de ocho años y tres meses".

Hace unos días participé junto a los trabajadores de AIRBUS, en distintas acciones e iniciativas en el seno del Parlamento Europeo, en favor del derecho de huelga y contra la criminalización de un derecho fundamental clave, no solo de las relaciones económicas y sociales, sino de la propia civilización democrática, que en ningún caso puede estar en cuestión.

Prácticamente un centenar de parlamentarios europeos hemos suscrito un manifiesto que entre otras cosas plantea que: Los intentos de limitar el derecho de los trabajadores a la huelga no son un hecho aislado -menos aún para eliminar la resistencia contra las medidas de austeridad aplicadas tras la crisis. Sin embargo, el derecho a la huelga es un derecho fundamental cubierto por el Artículo 11 de la CEDH y 6 de la Carta Social Europea, siendo defendido como tal por parte del Parlamento Europeo.

Nosotros, como miembros del Parlamento Europeo, expresamos nuestra solidaridad con el grupo de sindicalistas de "los 8 de Airbus" y llamamos al Gobierno de España a terminar con la criminalización de los trabajadores que ejercen su derecho fundamental a la huelga.

La acción penal contra algo más de 300 sindicalistas, la petición de 8 años de cárcel para los representantes sindicales de AIRBUS, es un ataque a los valores más básicos de un estado democrático, al sindicalismo democrático y su función constitucional, que se articula a través de la acción penal y que pone en cuestión derechos fundamentales, entre ellos el derecho de huelga.

Sin derecho de huelga, en España, ni en cualquier otro país, podemos hablar de democracia plena.

Sentar en el banquillo al derecho de huelga, es retrotraernos a etapas preconstitucionales en España, vulnerar elementos esenciales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los principios de la OIT sobre derecho de huelga y libertad sindical y la propia Carta Social Europea.

Suscribo plenamente el manifiesto firmado por profesionales del derecho y presentado en el acto que el 19 de Enero realizaron CCOO y UGT y que tuvo en apoyo del sindicalismo europeo e internacional. Es especialmente significativo cuando se alerta a la opinión pública sobre este gravísimo atentado a las libertades democráticas y a los derechos sociales que llevan implícitos, solicitamos al nuevo Parlamento la revisión del Código Penal, con exclusión de los preceptos criminalizadores que han constituido la excusa para el plan represivo del poder público; expresamos nuestra solidaridad activa con las personas procesadas y exigimos restaurar de forma nítida el derecho de huelga como valor central de nuestra democracia, reivindicando que  los ciudadanos que lo hemos ejercitado no somos delincuentes ni súbditos: somos ciudadanos que rechazan la injusticia y la arbitrariedad afirmando el valor de la igualdad y de los derechos que derivan del trabajo. La huelga no es un delito sino expresión inexcusable del Estado Social y Democrático de Derecho que proclama la Constitución Española y negar este derecho fundamental mediante la penalización de su ejercicio retrotrae a etapas que creíamos felizmente superadas.

Es necesario por tanto, no permanecer callados o mantener una actitud pasiva, ante este auténtico atropello, que no obviemos, es un intento de deslegitimación de las protestas socio-laborales y de la acción del sindicalismo.

Voy a seguir planteando iniciativas en el seno del Parlamento Europeo, voy a estar presente en los juicios y en cuantos actos de protesta sea necesario, y trasladar propuestas de resolución, que exijan el restablecimiento pleno del derecho de huelga en España.

Sin derecho de huelga, no hay democracia plena