viernes. 29.03.2024

Trampas estadísticas

La señora Christine Lagarde, del Fondo Monetario Internacional, ha vaticinado un crecimiento pujante de la economía española...

La señora Christine Lagarde, del Fondo Monetario Internacional, ha vaticinado un crecimiento pujante de la economía española para 2016, en torno al 2%. ¿Gran noticia? Según. Lo sería si al mismo tiempo no hubiera animado a las autoridades españolas a profundizar en la “moderación” salarial para afianzar tal objetivo. Quiere decirse que ha perdido vigencia el viejo dicho de que lo que es de España es de los españoles. Lo que se lleva ahora es que España crezca…, a costa de degradar más aún la economía de los españoles.

La alegría mostrada por Lagarde al formular su pronóstico es coherente con los datos revelados por Oxfam en el sentido de que, en el mismo año de 2016, el 1% de la población mundial acaparará el 50% de la riqueza. Es obvio que ella, como el resto de los jerarcas del FMI, forma parte de ese 1% afortunado; usted y yo, no.

El gobierno español ha reaccionado a la halagüeña previsión del FMI con la afirmación de que se va a crear un millón de empleos entre 2014 (que ya es historia) y 2015. Alguien ha preguntado si eso quiere decir que las cifras del desempleo descenderán en un millón de personas. No, las cifras del desempleo seguirán siendo sensiblemente las mismas que ahora. Luego lo cierto es que no va a haber más empleos propiamente dichos, sino que se van a multiplicar los contratos sobre los mismos empleos existentes. Se maquillarán las estadísticas; la situación de la economía productiva seguirá marcada por la atonía.

¿Por qué se molestan entonces nuestras autoridades en rizar el rizo con esos ejercicios de malabarismo estadístico? Podrían engañarnos con una mentira piadosa bien contada; no todos tenemos la capacidad del catedrático y maestro Vicenç Navarro para manejar una cantidad ingente de datos comparativos fiables de todo tipo, extraer de ellos las conclusiones pertinentes, y explicarlas de una forma comprensible, coherente y bien trabada. Pero es que ni siquiera nos hace falta leer los argumentos documentados del profesor Navarro para darnos cuenta de que todas esas proyecciones triunfalistas que nos quieren vender son milongas.

Me atrevo a formular una nueva ley aproximadamente de Arquímedes sobre la resistencia que ofrece todo cuerpo (humano) sumergido en estadísticas oficiales. Es esta: «La credibilidad de la ciudadanía hacia las declaraciones de los oráculos económicos sufre un empuje hacia abajo proporcional a la renta disponible per cápita desalojada.»

No entra en mis propósitos colgarme medallas, pero ahí les dejo eso, señores. A ver quién lo mejora.

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