viernes. 29.03.2024

Nadie nos quitará los incompetencias

lecea

Ha concluido el alivio temporal que reanimó al Govern catalán cuando la pandemia provocó una cierta invasión de sus incompetencias por el Gobierno central. Entonces la estrategia a desarrollar era sencilla: «Devuélvanos de inmediato y en su integridad nuestras incompetencias, señor Sánchez».

Andando el tiempo así ha ocurrido, y de inmediato el virus ha rebrotado en el Segrià. Esta vez la culpa no se puede echar a Sánchez, y tampoco, como recurso más socorrido, al bolivarismo de Pablo Iglesias, de modo que nuestra autoridad incompetente se ha visto inerme y sorprendida en su buena fe.

Alba Vergés afirmó de manera categórica que estaba descartado confinar la comarca, y acto seguido, a las pocas horas, confinó la comarca, aunque con condescendencias y tratos de favor que nos permiten preguntarnos para qué va a servir el confinamiento entonces.

Mejor no preguntar. Antoni Puigverd, en La Vanguardia, barrunta lo siguiente: «Diríase que el objetivo del Govern es batir el récord de incompetencia.»

El récord mundial, oigan, una hazaña a la medida de nuestras incapacidades. «Qui diu que no s’aconseguirà mai, és que no coneix el nostre poble». Ocho años largos de procesismo nos han proporcionado un entrenamiento notable (o, visto desde la óptica de la botella medio vacía, un deterioro sensible). Aún no se ha conseguido nada, y eso es un indicio positivo de incompetencia. Nunca tampoco habíamos estado tan cerca de algo, y eso también cuenta para lo mismo. Poseemos el gatillazo récord mundial legítimo en declaraciones de independencia, ocho segundos, y eso es un hito guste o no guste.

Y ahora vamos camino de batir el récord de tardanza en convocatoria de elecciones en una legislatura desparramada, con dimisión anunciada, con las consellerías de vacaciones perpetuas y el parlament a la remanguillé.

La medalla de oro en unas olimpiadas de la incompetencia sigue siendo un sueño lejano, sin embargo. Una simple ojeada alrededor (vean la foto) muestra sin lugar a dudas que hay mucha competencia para la incompetencia.

Nadie nos quitará los incompetencias