Justicia orientada

La justicia no es ciega, solo cegata. Y en la actual era tecnológica cuenta con sensores muy sofisticados que ayudan a orientarla en el laberinto de la casuística.

La justicia no es ciega, solo cegata. Y en la actual era tecnológica cuenta con sensores muy sofisticados que ayudan a orientarla en el laberinto de la casuística. La orientan, claro, no en todas direcciones de la rosa de los vientos, sino en un sentido determinado. Conviene discriminar con esmero en estos asuntos; saber, como decía Ana Botella, cuándo son peras y cuándo manzanas, y cuidar de no meterlas todas en el mismo cesto.

Así, sabemos que unidades especializadas de la Policía están peinando escrupulosamente los mensajes electrónicos cruzados hacia el año 2001 por diversos grupos anarquistas, en busca de pruebas de que Pablo Manuel Iglesias Turrión incurrió en algún momento en el delito de apología del terrorismo. El material ya fue examinado en su momento sin que se encontrara nada relevante ni significativo; la nueva significación de cualquier manifestación ambigua y genérica de simpatía hacia ETA vendría dada ahora por la condición del investigado como candidato a la presidencia de un Gobierno que la derecha caciquil considera patrimonio privado suyo.

En Canarias, la colusión probada entre el ministro José Manuel Soria y el empresario Miguel Ángel Ramírez ha tenido un rebote peculiar, y desde luego orientado: ex ministro y empresario acusan de prevaricar a la jueza que instruyó el caso y que, casualidades de la vida, dejó su puesto para aspirar a una carrera política en las filas de Podemos.

También puede hablarse de rebote orientado en el caso de Brasil. La evidencia de la corrupción desmesurada de Eduardo Cunha, presidente del Congreso, ha sido contraatacada victoriosamente con el impeachment de la presidenta Dilma Rousseff, ajena a todo el afer pero culpable de irregularidades contables en algunos apuntes presupuestarios. Todo un parlamento pringado de chapapote de Petrobras ha utilizado los argumentos más jesuíticamente hipócritas para deshacerse de la presidenta. Pueden ver ustedes los detalles del asunto en un artículo memorable de Javier Doz en Nueva Tribuna.

El fenómeno no se limita a cuestiones de campanario. Los “papeles de Panamá” han causado un revuelo considerable en el mundo financiero global. Ha habido que tomar medidas de varios tipos, entre ellas judiciales. Se han tomado en dos direcciones: la primera, tendente de forma genérica a mejorar la transparencia en cuestiones de circulación irregular de capitales; la segunda, dirigida de forma concreta a penalizar con severidad las filtraciones que vulneran el secreto inviolable de los movimientos patrimoniales.

Es decir, que la justicia se orienta a fomentar la transparencia de un lado, y a proteger la opacidad del otro. Se pedirá a los evasores un poquito de por favor, y se empapelará sin piedad a quienes los denuncien.