jueves. 28.03.2024

"España suma", por bulerías

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El procedimiento de enchufar el ventilador para esparcir la mierda tiene una sólida tradición en la estrategia comunicativa de la derecha española. Ahora Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, las dos chicas de oro, han sido imputadas en la corrupción de la Operación Púnica. Pablo Casado ha dicho con desenfado que la noticia le duele, pero que eso es ya pasado en su formación. Como si el PP madrileño ya hubiese rendido cuentas y pagado religiosamente los perjuicios causados.

Ha solicitado además, y de pasada, el líder del PP la protección de la guardia civil cuando venga a Barcelona, para evitar el riesgo cierto de ser apuñalado.

Una acumulación inusitada de malas noticias referidas al campo propio ha llevado a la derecha urgente al cultivo intensivo de la bulería

A un alma inocente puede parecerle que las dos afirmaciones no tienen nada que ver, pero no es así. Las une un sólido hilo argumental.

La sabiduría popular predica que la mancha de la mora con otra verde se quita. La afirmación es bastante aventurada; lo menos que puede decirse de ella es que no está testada científicamente. Sin embargo, determinados ideólogos de la derecha la han utilizado por analogía para llegar a la conclusión de que una información negativa se contrarresta lanzando otra similar o más gorda en la dirección simétricamente contraria. La información asilvestrada que se emite a partir de esa premisa no tiene por qué ser cierta. El bulo y la verdad producen el mismo efecto mediático.

Por esa vía, una acumulación inusitada de malas noticias referidas al campo propio ha llevado a la derecha urgente al cultivo intensivo de la bulería.

No se paran en barras, según puede verse en un ejemplo reciente. “Periodista digital” titula así: «La amiguita de Pablo Iglesias, Ada Colau se va de vacaciones a una lujosa urbanización del Cabo de Gata». Dado que Colau, abominada tanto por tirios como por troyanos, es la alcaldesa de la Ciudad Condal, en el texto se apostilla la noticia con un dato temporal: «… mientras agoniza Barcelona».

El ventilador se ha enchufado bien. Va directamente contra Colau, pero cita a Iglesias y establece entre los dos una relación equívoca: ella es su “amiguita”. Colau replica de inmediato: «Todo falso: ni Cabo de Gata ni lujosa urbanización. O rectifican o tendrán una demanda».

La rectificación se produce en efecto, y es antológica. Este es el titular: «Ada Colau niega que haya estado de vacaciones en una lujosa urbanización de Cabo de Gata».

O sea, puede que sí haya ido como nosotros afirmamos, pero lo niega. Nosotros no ponemos la mano en el fuego porque no haya ido, solo dejamos constancia de que ella dice que no ha ido.

Lo cual impulsa la bulería un poquito, solo un poquito más allá. Lo suficiente para desviar la mirada de Aguirre y Cifuentes, esa pareja de esforzadas lideresas sometidas por el sanchismo a un juicio político inicuo.

Mientras, Barcelona agoniza debido a las puñaladas traperas, al no contar con la protección implorada de la guardia civil.

"España suma", por bulerías