jueves. 28.03.2024

Rompesuelas o una metáfora de la política de bandos española

Hoy, hay un toro, un evento y un pueblo de Valladolid que marca la actualidad.

Hoy, hay un toro, un evento y un pueblo de Valladolid que marca la actualidad. El toro se llama Rompesuelas, el evento es conocido como Toro de la Vega y transcurre en el pueblo de Tordesillas. Por si alguien no conoce este evento consiste en la persecución de un toro por decenas de picadores y lanceros, el que consiga matarle vencería este torneo. Me gustaría salir del contexto de esta fiesta e ir a observar el entorno de ella, porque veo en ella la triste realidad de la mayoría de la sociedad española, dos bandos, enfrentados y que prefieren enfrentarse en lugar de buscar puntos comunes y una solución consensuada.

Voy a intentar describirlo con objetividad, me voy a intentar meter en la piel de un supuesto extraterrestre que aterrizara en Tordesillas, considero que este extraterrestre, vamos a llamarle por ejemplo Gorbyn, sentiría desconcierto. Gorbyn vería dos lados enfrentados, por un lado, vería dos bandos que consideran en su dominio la verdad absoluta.

Gorbyn si mirara a un lado encontraría a los antitaurinos, y a lo mejor se sorprendería al ver que una parte de estas personas que, en un principio tienen el loable objetivo de salvar la vida al toro Rompesuelas sin embargo amenazan de muerte al alcalde, tachan de trogloditas a los amantes del mundo taurino o amenazan la seguridad del evento. Vería este extraterrestre incluso a lo mejor que Carlos, un antitaurino por buscar salvar la vida al toro acaba provocando daños a Marta, una mujer proveniente de una familia taurina y amiga de Carlos.

Entonces, Gorbyn subiría en su platillo e iría al lado de los taurinos para conocer su versión. Vería al ganadero que crío a Rompesuelas y que gracias a que lo vendió a este pueblo puede pagarle los estudios a su hijo, vería los beneficios que da al pueblo esta práctica y los seguidores que tiene. Sin embargo, vería el victimismo de esta parte de la población que prefiere ver a los antitaurinos violentos que a los que simplemente están en contra de ello, o que esta práctica no ha evolucionado prácticamente desde sus orígenes. Posiblemente vería personas que prefieren hablar de las cosas malas de los antitaurinos en vez de hacer autocrítica. En ese caso Gorbyn a lo mejor subiría de nuevo a su platillo, volvería a su planeta y diría a sus congéneres lo poco que dialogan los humanos.

No me gusta el Toro de la Vega, no lo veo una fiesta, pero sin embargo, no me veo con la capacidad de juzgar a los taurinos y de prohibir un evento, que quieran o no, da enormes beneficios al pueblo tanto por sus seguidores como a los haters que le dan publicidad gratuita. Además, considero que sí, nos metiéramos en la mente de cada uno, empezando por mí mismo, encontraríamos una afición que no encajaría muy bien en el mundo en el que vivimos, en la sociedad de lo políticamente correcto.

Rompesuelas o una metáfora de la política de bandos española