jueves. 18.04.2024

¿Por quién doblan las campanas…?

CUP
Foto: Twitter

El 1-O será cualquier cosa, pero eso ya a nadie importa. Son reos de sus propias ensoñaciones. Pretendieron Terra Lliure mediante el engaño al Poble sotmès

Desde la absoluta discrepancia ante la “no política” del Partido Popular, el partido más corrupto de Europa.

Desde el desprecio a la trayectoria del Presidente del Gobierno, máximo responsable de la tragedia que se está viviendo en Cataluña.

Desde el derecho que me otorgan las canas, por haber vivido la “Falsa Transición”. Desde la creencia en la libre determinación de los pueblos…

Una reflexión acude en mi auxilio, para poder entender el abuso que se está haciendo, de manera vergonzosa, del concepto de DEMOCRACIA.

¿Dónde estaban los políticos y activistas “pseudo-demócratas”, mientras se pisoteaban los derechos políticos en el Parlament Catalá, durante los días 6 y 7 de septiembre?

¿Dónde estaban aquellos que, ahora, forman globos con las burbujas de la democracia?

¿Dónde estaban los que denuncian un Estado de Excepción, cuando el Parlament era violentado por golpistas al más puro estilo fascista?

¿Dónde quedó oculta la indignación de la ANC o la Associació de Municipis per la Independencia ante aquellos execrables hechos?

Muy sencillo, simplemente forman parte del grupo de los instigadores. Son la parte contratante de la primera parte. Su hoja de ruta nada tiene que ver con el Derecho y con las libertades individuales. Democracia es un pretexto para sus objetivos.

Durante aquellas fatídicas horas se secuestró el debate, se anuló el Derecho adquirido y se instauró la dictadura del “O con nosotros, o no sois catalanes”. Aquellos a los que se les llenaba la boca con palabra Democracia, quedan al descubierto, defensores de su ombligo. Su credibilidad se reduce al CERO absoluto.

Eran conocedores de que nunca habría un Referéndum al uso, nunca lo pretendieron. Pretenden una aclamación a la búlgara, que les sirva como excusa para una IRRESPONSABLE “Declaración Unilateral de Independencia”, arropados por el colapso de un pueblo en ira, al no cumplirse el vitoreado “VOTAREM”.

El 1-O será cualquier cosa, pero eso ya a nadie importa. Son reos de sus propias ensoñaciones. Pretendieron Terra Lliure, mediante el engaño al Poble sotmès.

Pretenden ocultar sus miserables contradicciones, su doble rasero, su mediocridad, mediante el único argumento que les queda a los incompetentes: Que el ruido ocupe las calles, mediante la ira de sus adeptos, que no precisan más que la razón de la fuerza y pretenden, que esta, sustituya a los gritos del silencio. La cobardía de los valientes que enmascaran su violencia entre la muchedumbre.

Y ante el fracaso de los torpes, por su egoísmo y carencia de escrúpulos, recurren a llenar las calles de indignados; aquellos que cuando el tres por ciento sobrevuela las plazas y los pueblos miran para otro lado. Igual pretenden decirnos que son “sus corruptos”.

Entre los miles de manifestantes que a estas horas inundan las calles de Cataluña, ni una sola voz se ha alzado contra la intolerancia parlamentaria. Son los acusadores del espejo. Nunca el ruido asfixió al silencio de la mayoría. La razón y la justicia no se miden en decibelios. Ahora pretenden simular al 15-M, pero con Catering, gentileza de la ANC -que no les falte de nada-.  La coherencia, la sabiduría y la ética son los factores imprescindibles que permiten acumular los argumentos necesarios para que la Democracia se vista largo.

Se les ha ido de las manos y jamás Cataluña volverá a ser lo mismo.

Nos quedaba la Esperanza…“entre todos la mataron y ella sola se murió”. 

Nadie es una isla, completo de sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.

John Donne, poeta. 1614.

¿Por quién doblan las campanas…?