viernes. 04.10.2024

La cárcel de Saidnaya, el Auschwitz de Siria

saidnaya
Captura del vídeo de Amnistía Internacional 'Saydnaya: la cárcel siria que es un matadero humano'. (AI)

La cárcel de Saidnaya es un recinto al estilo Auschwitz, sin cámaras de gas, que sepamos... Un lugar de exterminio por ahorcamiento, de manera extrajudicial, con más de 13.000 víctimas

El sátrapa sirio, Al Asad, amparado por el Zar Putin I, es el máximo responsable de encarcelar a los hijos de la oposición a su régimen con la idea de presionar a sus padres, al no conseguir detenerlos. Los niños son víctimas de abusos, violaciones en serie, degradación, tortura y asesinato. Pretenden doblar la voluntad de los opositores eliminando a sus descendientes. Intentan provocar los daños que las bombas no aciertan a causar. Si creíamos que el Infierno de Dante se alojaba en las estanterías, estamos equivocados. Muchos infiernos están en superficie: uno de ellos habla árabe, un sátrapa tiene las llaves y vive en Damasco.

Estamos hablando de la cárcel de Saidnaya, un recinto al estilo Auschwitz, sin cámaras de gas, que sepamos... Un lugar de exterminio por ahorcamiento, de manera extrajudicial, con más de 13.000 víctimas, en su gran mayoría civiles opositores. Amnistía Internacional ha denunciado reiteradamente, en un terrible informe titulado “El matadero humano”, que una o dos veces por semana, por tandas, eran ahorcados grupos de 50 reclusos. El Gobierno sirio lleva al límite un genocidio de proporciones comparables a los sucesos de Los Balcanes, o de actos propios de la II Guerra Mundial. Lynn Maalouf, subdirectora de AI en Beirut, asegura que “tribunales sin validez jurídica, sin cobertura legal, adornan sentencias amparadas con declaraciones bajo tortura, con la ausencia de abogados para los acusados, incluso sin derecho a la defensa propia”. 

Estos hechos sólo son posibles bajo el amparo y consentimiento de un ex agente de la KGB, experto en eliminar disidentes, un tal Vladimir, aventajado hacker, que acudió en ayuda de Donald, su amigo yanqui, para lograr la presidencia de los EEUU.  

Se está gestando la tormenta perfecta, conjura de polos opuestos en una deriva estremecedora, un viaje al pasado al servicio de dictadores “new wave” pero de viejo cuño.  Con la pasividad de Europa -en metástasis neo con-, la incredulidad de unos americanos en estado de shock por lo que han permitido, la ciudadanía rusa acostumbrada a la ignorancia democrática, por congelación de voluntades y la China Comunista haciendo caja según el más viejo espíritu capitalista.

Las conversaciones de Paz sobre Siria se celebrarán en Ginebra a finales de febrero. ¡Otra vez Ginebra! garantía de fracaso, con dietas suculentas y al amparo de cuentas corrientes opacas. Pondrán a salvo a los responsables, fijarán un statu quo endeble, que limpie conciencias, aleje los horribles sucesos de los titulares de prensa y la humanidad, impertérrita, seguirá girando. Si en esas Conversaciones no se tratan, o se hace caso omiso de los hechos denunciados -calificables como crímenes contra la humanidad- tendremos otra venda más en los ojos de la ONU, en estado de ceguera permanente por mirar para otro lado. Pero el mundo está harto de Conversaciones de Paz que sólo alimentan a los señores de la guerra y a los fabricantes de armas. Rogaríamos que dejen de tomarnos el pelo con más Comisiones Independientes

La escultura de un Colt Magnum 357 con el cañón anudado, da la bienvenida a la sede de la ONU en Nueva York, en la 1ª Avenida, esquina a la calle 45. Sería cómico si no fuese trágico, en el país de las armas al tanto por ciento. Miles de despachos se amontonan allí sin otro cometido que garantizar el sustento de inútiles tecnócratas, incapaces de salvar a un solo niño de las garras de un tirano. Una asamblea con el “Veto” como derecho de pernada de los cinco grandes, útil para simular cambios mientras todo permanece. Estafadores con inmunidad diplomática, herejes de la ética, incapaces a tiempo completo, mientras, en Saidnaya, el veto lo ponen los criminales y las víctimas cuelgan de sogas malditas.

La cárcel de Saidnaya, el Auschwitz de Siria