viernes. 29.03.2024

Totum revolutum

El mismo día en que los dos activistas del 15M de Granada recibían la orden de ingreso en la cárcel por haber...

El mismo día en que los dos activistas del 15M de Granada recibían la orden de ingreso en la cárcel por haber participado en un piquete informativo, durante la huelga general, la CEOE, para celebrarlo, entrega al gobierno un nuevo memorándum requiriendo rienda suelta y barra libre en el mercado laboral.  Desde la contratación subordinada  y el despido libre,  hasta cercenar aun más el derecho de huelga para hacerlo prácticamente inviable. Este descaro, esta desvergüenza, se ampara y se sustenta en la política del gobierno, que en materia laboral legisla a golpe de decretos dictados por las instituciones empresariales, y también por una práctica judicial que los avala y los aplica al pie de la letra con persecuciones y condenas que sintonizan a la perfección con dichas conjeturas. Para rubricar dicha afirmación nada mejor que la sugerencia de un juez a un manifestante al que la policía dejó tuerto: “reclame a los sindicatos los daños y perjuicios”.   

No cabe duda que el 25M constituyó el fin de un periodo, inició el fin de lo viejo y presagió algo nuevo, el principio de otro periodo, pero si me preguntáis sobre ese algo nuevo no sabría como precisarlo, apuntan demasiadas cosas y las conexiones entre ellas aun no las veo con demasiada claridad, quizás las circunstancias aún no han madurado suficientemente lo que me llevaría, quizás, a emitir juicios temerarios y, con toda seguridad, incompletos.  Pero lo que es innegable  es que todo se mueve, todo se agita, por más que algunos quieran aparentar normalidad y otros  impongan calendarios y procesos.

A quien le es más difícil aparentar normalidad, quien ya no puede hacer como que, es el PSOE, que está padeciendo las mayor convulsiones desde hace muchos años y que ni siquiera algún éxito local, algún esfuerzo de los más conscientes para cambiar de rumbo, no son capaces de evitar las dimisiones sucesivas, y los enormes boquetes electorales, que alimentan el desconcierto y agitan más tanto las aguas propias como las ajenas.

A estas alturas y viendo hasta donde han llegado las cosas más vale seguir revolviéndolas y si hace falta llegando hasta el fondo para intentar rebotar  y emerger del estado terminal al que se ha llegado. Rehúyan  la aquiescencia de la derecha y el beneplácito de sus voceros, porque esos elogios  no son más que la confirmación de lo rematadamente mal que lo están haciendo.  

Me  torturan algunas dudas y me consta que no me torturan a mi solo: ¿Porqué Rubalcaba y Navarro esperaron hasta que se pudrió el partido para hacer lo que tenían que haber hecho antes de que la desolación lo impregnara todo? Razón de Estado dirá alguien,  ¿Y la razón de las personas, de los afiliados y hasta del propio partido no tiene ningún valor? ¿Y los principios que dicen defender y que desde hace mas de cien años son la razón de ser del PSOE? Esa deriva, ese alejamiento de valores fundamentales de la izquierda ¿A cambio de qué?

Aviso a navegantes y no sólo a los socialistas. Ya es hora de empezar a preguntarse donde empieza la razón de Estado y donde termina, dicho de otra manera ¿la Razón de Estado puede anular la dignidad de las personas? Este es un elemento clave para reflexionar sobre la viabilidad del sistema y el funcionamiento de la democracia, particularmente dentro de la izquierda,  para que se vaya  ubicando en el sitio que le corresponde ante la convulsión que se nos ha echado encima.     

Parece mentira pero todo está impregnado, sucio,  hasta el punto que da vértigo y miedo levantar aunque solo sea la punta de una alfombra. Ahora es el turno del  Tribunal de Cuentas que se parece más a la celebración de una comunión, por la cantidad de familiares que aglutinan, que un órgano que vela por el cumplimiento de la ley. Curiosa y casualmente en materia de fiscalización y de sanción a los sectores y miembros de la administración, a algunos partidos políticos y otras instituciones que notoriamente desvían dinero público. No pueden ponerse  los lobos a cuidar de las ovejas, así de sencillo, pero también así de trágico. Esta reflexión popular es válida para el tribunal de cuentas, para la CEOE de Madrid, para… no quiero excederme en los ejemplos porque si lo hiciera no cabrían ni en el libro gordo de Petete.    

Según The Soufan Group más de 1500 marroquíes, 800 rusos, 700 franceses, 300 belgas, 200 australianos, 3000 tunecinos, 2500 saudíes y no sé cuantos miles de británicos y otros tantos españoles están combatiendo en Siria. Algunos de estos energúmenos ya habían vuelto a sus lugares de procedencia, y hasta perpetraron atentados terroristas desde su regreso. Mientras otros miles están esperando en la frontera turca para poder regresar a sus países de origen o quizás a los países que les han sido asignados por sus adiestradores. Ahora mismo en occidente se están rasgando las vestiduras sobre la peligrosidad de unos enloquecidos que vuelven más adoctrinados y, sobre todo, más preparados para lo que se le proponga. Y me pregunto ¿Qué se ha hecho y dónde han estado cuando esos miles de ciudadanos europeos abandonaban sus familias, sus trabajos, sus ciudades y sus entornos para ir a Siria a hacer la guerra santa, o mejor dicho a hacer prácticas y maniobras para lo que se les proponga?

Al principio no quise revalorizar las cifras para no generar más inquietud, pero personalmente pienso que hay muchísimos más de los que se mencionan, además no hacen ninguna referencia a implicados de otras nacionalidades como pueden ser los pakistaníes, los afganos, los yemeníes o los somalíes entre otros.  Curiosamente, se han contabilizado a 10 suizos entre los yihadistas en Siria, y uno de ellos es de fe cristiana. Hijo descarriado, como diría Jesús el nazareno ¿qué se le habrá perdido por esos lares?

Los llamdos yihadistas se hicieron con El Mosul, tercera ciudad iraquí  después de Bagdad y Basora, y se están adueñando de vastas zonas de Irak y también de Siria. Mientras en Occidente y en Israel, siguen contemplando el panorama como si la cosa no fuera con ellos, cuando todo el mundo sabe que son parte interesada e implicada en todo lo que sucede en la zona. Al mismo tiempo, un medio de tirada nacional de este país encabeza un monográfico semanal dedicado a un tal Bernard Henri Levy (los mayores se acuerdan sin duda de él) presentándolo como el adalid del pensamiento libre y libertador, cobrando claro está. ¡Qué país! cuando recuerdo las imágenes de Al Jazeera y de otras cadenas mostrando a ese energúmeno retransmitir en directo cómo la OTAN instauraba la democracia en Libia a bombazo limpio. Y me  digo ¿Porque en vez de ponerle en portadas no llevarle a esa zona para que pueda comprobar in situ como ha quedado “su” democracia desde su última retransmisión?         

Totum revolutum