martes. 16.04.2024

¿Feliz 2019?

2019

El denominado MBS será muy amigo de los españoles, pero eso de mancillar a los lugares santos le supera como príncipe y como heredero, máxime ahora que está en el ojo del huracán por el descuartizamiento en Turquía de Khashoggi

Si se confirma que hubo mordida en el Ave en Arabia Saudita, más allá de las repercusiones legales y políticas seguro que habrá una “fatwa” que prohibirá a todo musulmán utilizar dicho vehículo porque está impuro según los preceptos islámicos, sobre todo cuando se trata de un tren que une a la Meca con la Medina, las dos ciudades más santas para los musulmanes. El denominado MBS será muy amigo de los españoles, pero eso de mancillar a los lugares santos le supera como príncipe y como heredero, máxime ahora que está en el ojo del huracán por el descuartizamiento en Turquía del pobre periodista saudita Khashoggi.

¡Entre la mordida del Ave, la sangre derramada del periodista y el “tripartito sureño” nos espera un 2019 de película!

Otra de las noticias que llamaron la atención estos días por su nutrida aparición en los medios  de comunicación, es el video de la mujer que insulta a un extranjero nacionalizado español con soflamas odiosas y racistas. Alguien debe decirle a esa mujer que esa persona se ha hecho “nuevo español” por méritos propios y que quizás obtuvo la nacionalidad después de haber aprobado ese asombroso test que, si se le aplicara a ella  lo mismo tendría que volver al cole aunque solo fuese para aprender algo de cultura y un mucho de modales.

No hace mucho tiempo comentamos en este mismo espacio que ninguno de los políticos que se sometieron a ese  test en un programa televisivo fue capaz de contestarlo acertadamente. El señor Maroto, previsto para el test, excusó hábilmente hacerlo. ¿Qué habilidades empleará para hacernos creer que apenas conoce a VOX y sus postulados racistas y homofóbicos, cuando en Andalucía llevan un mes negociando para conseguir, con su participación, un Gobierno y un Parlamento de extrema derecha? Subrayo aquí lo de homofobia, porque en política se puede llegar a límites insospechados: ¡Maroto codo con codo y en la misma trinchera que Abascal!

Lo que se ha puesto sobre la mesa con el “tripartito sureño” (parece el nombre de una chirigota para el próximo carnaval de Cádiz), lo que está en juego, es un ensayo general ante el maratón electoral que se nos viene encima. Empezará el próximo 26 de mayo y acabará con las legislativas que están a la vuelta de la esquina por más que la voluntad de Pedro Sánchez quiera alargarlo en el tiempo.

Las izquierdas, los demócratas y las fuerzas vivas y sanas de este país no pueden, no deben, ni tienen tiempo de volver a tropezar en los recurrentes errores que han allanado el camino a los reaccionarios.

Este año el gordo y varios premios mayores de la lotería de Navidad los cantaron dos niñas descendientes de inmigrantes. La extrema derecha de este país, la que afirma que los inmigrantes nos invaden, que España se rompe, que pierde sus esencias ¿alguno de ellos devolverá al lotero un eventual premio cantado por esos niños?

Son racistas no tontos y de la misma forma que no devolverán ningún premio cantado por esos niños, saben que para poder beneficiarse tanto de su explotación laboral como de su marginación  les es indispensable mantener en Andalucía a los inmigrantes sin derechos y aislados socialmente.

Los resultados electorales de Almería donde hay una gran concentración inmigrante es paradigmático. Más del 30% de la población, los sin derechos, no han dejado huella en un mapa electoral en el que la extrema derecha ha arrasado ante la atónita mirada de las fuerzas de izquierdas y gracias a la parálisis del resto de sectores progresistas.

Estos resultados no fueron fruto de la casualidad, han sido  el resultado de un planteamiento político ensayado y puesto en escena durante los vergonzosos ataques racistas de enero del año 2000 por quien fue alcalde del PP en El Ejido, Juan Enciso. Este personaje declaró textualmente: “A partir de las 8 de la mañana todos los inmigrantes son pocos, y a partir de las 8 de la noche sobran todos”.  Esa es la norma que desde entonces intentan imponer en esa zona, norma que el nuevo tripartito querría extender al resto de Andalucía y del país. No vale mirar hacia otro lado, todos y todas estamos concernidos ¡no debemos permitirlo, nos jugamos nuestro inmediato futuro y el de nuestros hijos!

En lo que nos concierne a nosotros, los foráneos, no nos vamos a resignar ni nos vamos a amedrentar, para nada y ante nada. Por mucho que intenten frenar la inmigración sembrando el miedo y odio en la sociedad, saben que el futuro será irremediablemente multicolor.

Los datos estadísticos y el paisaje demográfico en algunas zonas de la península son incuestionables. La pirámide invertida es un hecho inexorable tanto en España como en Europa y no existe ni pócima ni política milagrosa  que permita creer en  un cambio de tendencia que garantice un relevo generacional suficiente para cubrir las necesidades de las economías más desarrolladas.

Las nuevas pócimas, los brebajes milagrosos somos nosotros y nosotras. ¿Quién cubre los puestos de trabajo poco deseados por los autóctonos? ¿Quien sostiene la capacidad competitiva de los productos agrícolas españoles, como lleva años demostrándose en El Ejido? ¿Quién cubre las tareas domésticas? ¿Quién atiende a los mayores? ¿Quién da alegría al huerto? ¿Abascal encima de su yegua proclamando la nueva reconquista, Rivera deseando llegar al poder a cambio de lo que sea, Casado, el prisionero de Vox y C’s?

Fijémonos en Portugal que promovió un proceso de regularización que concede automáticamente la nacionalidad a los regularizados, ahorrando así en gastos administrativos y recortando senderos casi imposibles de recorrer. Prestemos también atención a la exitosa manera en que nuestros vecinos sortearon la crisis, a pesar del banco mundial, del FMI y de los poderes financieros de la Unión Europea.

No perdamos de vista a Alemania, que acogió a decenas de miles de refugiados, aún a costa de perder el poder, como le ocurrirá a Merkel, con tal de garantizar una mano de obra capaz de asegurar la continuidad de su casi hegemonía económica e industrial, al tiempo que mantiene una bajísima tasa de paro gracias, entre otras cosas, a esos refugiados.

Mirad a Canadá, que incrementa año tras año el número de inmigrantes, alcanzando en 2017 más del 21% de la población (más de 7,8 millones), lo que les permite paliar las demandas y exigencia del mercado laboral y atenuar también el desequilibrio de la pirámide demográfica.

La situación de España no escapa a las reglas que rigen hoy en los países desarrollados, la única diferencia comparativa notable es la miopía de gran parte de su clase política, que se mueve solamente por las repercusiones electorales a corto plazo y que tiene poca o ninguna previsión a medio o largo plazo.

El pasado día 12 de diciembre, el Comité Económico y Social Europeo aprobó un importante  “Dictamen SOC/574”  de Pavel Tarantina y José Antonio Moreno sobre “Los Costes de la no inmigración y de la no integración” en un alarde de sentido común y coraje político, en un momento en que la intransigencia campa a sus anchas y la criminalización de los inmigrantes es la moneda que más cotiza en Europa. Un dictamen que llama al reconocimiento  de los otros y de sus aportaciones, no sólo desde la perspectiva del pragmatismo y del aprovechamiento aunque sea oportunista, sino desde la conciencia de que el futro es y será cosa de todos o no será.

¡Feliz 2019!

¿Feliz 2019?