jueves. 28.03.2024

Cumbre hispano-marroquí a la vista

El próximo día 17 de diciembre se va a celebrar la cumbre hispano marroquí de alto nivel. Es un cita bienvenida y esperada entre dos países aliados, máxime ahora que llevan unos cuantos años sin celebrarla. Durante esos años han pasado muchas cosas, algunas de ellas de mucha envergadura política y social que convierten a esta cumbre en un acontecimiento de gran relevancia política y social, que va a medir el grado de madurez y de solidez de las relaciones bilaterales.

Los intercambios económicos y comerciales están a un nivel muy alto (Marruecos es el primer socio comercial de España). Los vínculos culturales y artísticos están in crescendo considerablemente. Marruecos es el país con más institutos cervantes del mundo después de Brasil, y donde hay más colegios e institutos públicos españoles en el extranjero (subrayo lo de públicos). Por otro lado, los turistas marroquíes que visitaron a España en 2019 superaron el millón de turistas con un incremento anual de vértigo, sin hablar de la circulación de capitales y de mano de obra entre las dos orillas.

A esta cumbre la han precedido algunas circunstancias que van a suponer una oportunidad para una nueva auscultación de las relaciones bilaterales. La pandemia con sus efectos y  consecuencias además de las migraciones, y otros asuntos relacionados con la coyuntura política bilateral y regional, van a ser los puntos destacados de la cumbre. Tampoco hay que desdeñar el hecho novedoso (gobierno de coalición) como elemento que añade su morbo a la cita.

La abrupta aparición del Covid-19 obligó a los dos gobiernos a tomar medidas sobre la marcha y con improvisaciones que han tenido sus efectos sobre la circulación de las mercancías y los capitales, pero particularmente sobre la circulación de la mano de obra. La alteración de estos dispositivos alteró a su vez el ritmo de las decisiones políticas porque se abordaron desde situaciones inéditas, y dónde el orden de prioridades de cada país prevalecía según lo que le impone la agenda política interna. Entender y solventar esta  disyuntiva va a ser clave para dar otro salto cualitativo en la construcción de unas relaciones bilaterales más equilibradas y más beneficiosas para los dos.

Es la primera  vez que España participa en esta cumbre con un gobierno de coalición. Estarán presentes  por primera vez ministros y cuadros técnicos de Unidas Podemos. Supongo que van a tener la oportunidad de constatar el nivel de las relaciones y su importancia por las coincidencias, pero también por las discrepancias con las implicaciones que eso supone. El hecho diferencial ahora, es que las divergencias se solventan alrededor de una mesa de negociación y en las células de reflexión a pesar de las turbulencias mediáticas que saltan a la palestra de vez en cuando.   

Obviamente, el hecho migratorio va a ser uno de los temas sensibles de la agenda, pero antes de continuar quisiera volver sobre dos noticias de relevancia sobre el tema que salieron en los medios la semana pasada.

La primera, relacionada con una encuesta aparecida en un importante periódico digital sobre la “avalancha” migratoria hacía Canarias. La acompaño un video del director de dicho periódico donde apunta claramente a Marruecos como instigador de la misma. La segunda, relativa a una nota de la Dirección General de la Policía dónde pronostica la llegada a España de 180 000 inmigrantes en un año, de los cuales 140 000 llegarán a Canarias. En la misma nota señala que “Marruecos nos está enviando un mensaje de demanda de contraprestaciones”.

Personalmente, comencé a creer en los milagros desde que el anterior ministro del interior empezó a condecorar a las vírgenes, pero a pesar de ello, sigo sin creer en las casualidades.  Que salga la encuesta, el vídeo del director y la nota policial, que fue rebatida por cierto por el ministerio del interior, digo que salgan secuencialmente y al unísono con el mismo propósito, y en este preciso momento no es fruto de la casualidad.

Lo hemos dicho y repetido en este mismo espacio en más de una ocasión: las pateras y/o los cayucos, con avalancha o sin ella nunca supusieron más del 10% de los que acceden al país. Otra cosa es el impacto mediático y sobre todo el uso que le queremos dar, y por supuesto el fin al que perseguimos con su utilización.

También, en este mismo espacio hemos dicho: los aeropuertos, particularmente el de Madrid y de Barcelona son los verdaderos coladeros  por donde entra la inmensa mayoría de extranjeros que luego optan por quedarse en la península o desplazarse a otras lindes por la U.E.

Lo explico de otra manera, durante 2019 hasta febrero de 2020, entraron a España más de 90 000 latinoamericanos, de los cuales alrededor de 60 000 eran venezolanos. En su momento, un importante rotativo tituló un artículo sobre este hecho: “los venezolanos llegan a Madrid a ritmo de vértigo”, y en el subtítulo: “ninguna comunidad de inmigrantes ha desembarcado tan rápido en la historia reciente”.

¿Alguien ha visto alguna nota policial sobre el asunto? ¿Alguien ha sentido alguna avalancha a pesar del volumen que supera con creces todas las “avalanchas” de pateras y cayucos juntas? ¿Esas formaciones políticas que demandan la intervención del ejército pedirán ahora artillería antiaérea en los aeropuertos? ¿Qué significa el silencio casi unánime sobre este hecho?

Los inmigrantes que vienen mediante las pateras y los cayucos, son el chivo expiatorio,  son el estrato más débil de entre los más vulnerables, son la minoría más expuesta a todo tipo de vulneraciones y manipulaciones.

El flujo migratorio es dinámico, es permanente y sobre todo es necesario, porque  hay demanda de mano obra y hay necesidad de equilibrar la pirámide demográfica a pesar de Abascal y de Jusapol.  

Cumbre hispano-marroquí a la vista