viernes. 19.04.2024

No soy muy Charlie

Condeno, rechazo y siento indignación y tristeza por el atentado contra la revista Charlie Hebdo pero no comparto sus portadas...

Si pedimos respeto con mayúsculas, tolerancia, ponernos en el lugar del otro no podemos estar de acuerdo con publicaciones que dicen que “El Corán es una mierda”. Porque aunque no sea musulmana me chirría. Igual que me produciría rechazo una portada en la que dijese la Torá es una mierda, La Biblia o que todos los bajitos son unos hijos de puta.

La Convivencia entre diferentes credos o culturas tiene una palabra clave: RESPETO.

o creo que el poder hacer esas afirmaciones sea un problema de libertad de expresión. Se puede y se debe decir todo pero con respeto. Claro que también digo que la forma de protestar por esas portadas es una querella y no liarse a tiros.

Dicho esto, rechazo totalmente cómo se ha manipulado el tema del ataque terrorista en Paris. Rechazo esa cabecera de manifestación en donde había personajes como Netanyahu, el mismo que lanzó la ofensiva contra Gaza este verano, rechazo que Rajoy vaya a manifestarse a Paris y aquí nos haga una ley mordaza para no protestar, rechazo que se hable a la primera de cambio de antisemitismo. Para los nacionalistas judíos el que no está con ellos es el enemigo, no admiten la crítica y no es así. Rechazo esa parafernalia que ha montado el Estado de Israel llevando a “sus muertos” a Jerusalem para gloria de su Presidente y de su campaña electoral. Y por supuesto rechazo que a costa de lo que algunos llaman “seguridad” nos recorten nuestros derechos.

Con las leyes actuales se puede luchar contra el terrorismo. Solo que hay que ser más eficaces.

No me gusta que los políticos ni los periodistas ni las sociedades en general manipulen. Mataron judíos como también lo hicieron con otros que no sabemos lo que eran, ni tengo ningún interés en saberlo. Por esa regla de tres, tendríamos que recordar que el policía que asesinaron en el suelo frente a la redacción de Charlie Hebdo, era musulmán como también lo era el joven que escondió a trece clientes de la tienda kosher en un sótano y les salvó la vida.

No nos dejemos manipular. Ese debería ser nuestro grito de guerra, ni por unos y por los otros. No dejemos que en nombre de la seguridad nos quiten la libertad. No dejemos que en nombre de la libertad de expresión nos agredamos los unos a los otros.

Los que matan son asesinos y punto y los que mueren son víctimas. Da igual que sean rubios o morenos, gordos o flacos. Pero si queremos convivencia y podernos desarrollar como seres humanos, cada uno con su religión o no religión, con su ideología, con sus sensibilidades y con sus gustos, sólo se me ocurre una cosa.

Gritar RESPETO.

No soy muy Charlie