viernes. 26.04.2024

¡El PSOE ha vuelto!

El efecto de la conferencia del PSOE, es ahora mismo ya, como un azucarillo en un café caliente, que se diluye sin otro efecto que el de endulzar el café...

Bien, muy bien la puesta en escena.  Sobresaliente en agitación y propaganda. Notable en propuestas…

Pero todos esos efectos especiales no son nada si sigue faltando la credibilidad.

El efecto de la conferencia del PSOE, es ahora mismo ya, como un azucarillo en un café caliente, que se diluye sin otro efecto que el de endulzar el café de quien se lo toma.

Han dicho en la conferencia, en ese tono mitinero impropio de un supuesto debate de ideas, que quieren que los ciudadanos sepan quienes son y de donde vienen…

Pero, el problema no es que la ciudadanía  no sepa quienes son o de donde vienen; que lo sabe muy bien y lo recuerda tanto que más de cuatro millones de votantes han dejado de serlo por ello.

El problema real y de fondo, del que siguen sin querer enterarse, es que, no es que los cambios puestos en marcha por Zapatero y su gobierno (con el silencio absoluto de la dirección del PSOE) no se explicaran bien.  Sino que nunca  se debieron poner en marcha, por la traición que representaban a todo lo expuesto durante la campaña electoral por el Partido Socialista.

La Reforma Laboral, con la bajada de sueldos que conllevaba, los recortes de sueldo a  funcionarios… Ejercieron de ariete contra los débiles. Mientras no se tocaba “un solo pelo” de la tributación de las grandes fortunas,  o de la tributación real de las grandes empresas (no de la que dicen que pagan cuando hablan del tipo que figura en el  impuesto de sociedades).

Es esto lo que ha retirado a los millones de votantes perdidos. Bueno, esto y la doble vara de medir que se instauró desde el día siguiente de estallar la crisis.

No, no es que fuera algo nuevo, sino que de pronto  se hizo demasiado evidente. De repente, ante la pérdida de millones de puestos de trabajo, de desahucios  a miles,  y de  estafas de Cajas y Bancos, la gente volvió su mirada hacia la clase política a la que nada de esto parecía afectar. La tragedia que tantas personas estaban viviendo pasaba de largo para la política institucional. Y no solo eso, se enteraban ahora de que estos, los representantes institucionales del Congreso y Senado, tenían una jubilación a la carta y especialmente diseñada por ellos mismos; que tenían establecidas cesantías clamorosas si las comparamos con el paro… O que si eran miembros relevantes del PSOE o del PP, tenían las puertas abiertas para entrar en alguno de los Consejos de Administración de las grandes empresas con un sueldo también muy relevante.

Se enteraban ahora también de que, los expresidentes de gobierno, que estaban saliendo un día si y otro también a dar consejos de lo que había de hacerse para favorecer la salida de la crisis, cobraban de los Presupuestos Generales del Estado algo más de 80.000 euros anuales además de disponer de coche y chofer oficial, despacho y secretaria; todo sin ninguna incompatibilidad. Hasta el punto de estar cobrando más de cien mil euros al año de otras empresas privadas por asesorarlas… ¿Crisis, qué crisis, para quienes está siendo la crisis?

Y son todos estos “detalles” los que la gente quiere escuchar que no se van a seguir repitiendo.

Y es la autocrítica de todos estos hechos y las medidas que van a plantearse para que no vuelvan a suceder, lo que siguen esperando esos millones de votantes que le vienen dando la espalda al PSOE desde entonces, y que, parece, que también comienza a afectar al PP.

Son comportamientos que nunca  debieran ser de recibo, pero que cuando tanta gente, tantas pequeñas empresas, tantos trabajadores, funcionarios… En fin, que cuando tantos lo están pasando tan mal, resultan especialmente lacerantes.

El PSOE ha vuelto, acaban de decir en su conferencia política, pero la gente va a seguir esperando el compromiso de un nuevo comportamiento. Y aquí las palabras cuentan poco, la ciudadanía quiere obras y no solo palabras.

¡El PSOE ha vuelto!